El auto del tribunal alemán sobre el
cobarde catalán que anda fugado por esos mundos de Dios es tan
disparatado que no es necesario ser jurista para apreciar tal
circunstancia.
Se percibe tal grado de desfachatez en él
que no hay más remedio que pensar que se trata de una deslealtad
premeditada, sospecha que acrecientan las declaraciones de la
ministra de Justicia alemana, a la que su gobierno no ha tenido más
remedio que descalificar, para que la evidencia de la traición no
fuera tan grande. Pero la traición ahí queda y el sarcasmo de todo
lo ha rodeado el caso también.
Rajoy es Registrador de la Propiedad, o
sea que algo de leyes tiene que saber, y además algunos ministros
de su gabinete han protestado. ¿Qué tenía que decirle a Merkel?
¿Qué tiene la cara forrada de piel de vaqueta? Los alemanes han
hecho eso con engaño y abuso de superioridad. Si hubiera dicho que
lo ocurrido es intolerable Merkel se le habría reído en la cara.
Entonces, ha definido el comportamiento del gobierno alemán como si
hubiera hecho lo que debe y recalcó que Europa es ante todo un
conjunto de valores, y a lo mejor la alemana esa se ha dado cuenta de
la indirecta. Y puede que no. De donde no hay, no se puede sacar.
Otra cosa que ha demostrado esta
alemanada es que los alemanes que residen en España están más
civilizados que los que siguen viviendo en su país. Los que están
establecidos en Cataluña ya la cantaron las cuarenta al barbado
Torrent, otros han escrito cartas a su embajada criticando a esos
jueces que han venido a demostrar que algo huele a podrido en
Alemania y en general demuestran que se les ha contagiado el espíritu
quijotesco de los españoles, aunque algunos de Benisa, de Ibiza, de
Mallorca, de Barcelona y de otros lugares estén enloquecidos a causa
de los dialectos y les creen preocupaciones.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Brillo de asfalto'
'La piel del deseo'
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