Y ahora, Torra

No hay quien dé más. Degenerando, degenerando, se puede llegar hasta el mismo infierno, lo que se hubiera dado de haber propuesto para presidente a Otegui. Bien considerado por los catalufos sí que está.

Pero hay que ponerse en situación para comprender por qué este sujeto tan demencial y torpe llamado Torra puede ser el próximo presidente. Ha sido elegido a dedo por alguien que también lo fue del mismo modo, y que lo más suave que se puede decir de él es que es depravado, pero lo hace porque tiene un poder que puede ser considerado democrático, puesto que aunque no haya sido votado tiene una importante masa de seguidores que lo apoya.

Esto es una vergüenza para todos, catalanes y catalufos, porque si esos impresentables se hubieran impuesto por la fuerza podrían alegar que los catalanes no los quieren. Pero resulta que sí, que sí los quieren, por lo menos un abundante número de ellos, lo cual da idea del nivel general. Lo risible es que siendo tan bajo se crean por encima de los demás. No hay más que fijarse en los tuits de este Torra que se están dando a conocer para aplicarle enseguida el calificativo de zopenco, idiota, cretino y sabinoarana, otro ejemplar degradado de la especie humana.

Los seguidores que pueda tener este Torra, lógicamente, están a su mismo nivel, puesto que ellos mismos están conformes con eso. Que el depravado Puigdemont lo haya elegido no sorprende, lo raro es que hubiera elegido a alguien decente. Y que los demás permitan que Puigdemont elija a alguien a dedo demuestra el nivel de estos ‘demócratas’. Que vayan a visitarlo a Bruselas y a Berlín, que lo tengan mantenido en condiciones principescas demuestra que en Cataluña son muchos los que han perdido el oremus, la cordura y la sensatez. Se echa en falta que los psiquiatras catalanes no hayan alertado de la situación.

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