jueves, 30 de enero de 2020

Ábalos dice que no le echa nadie

Eso solo lo puede decir quien se siente muy protegido por su jefe (en realidad, por su jefe de turno) merced a su acendrado servilismo. Sobre todo, después de haber sido pillado en una acción que quizá sea delito, que deja en muy mal lugar ante sus socios a España, y sobre la que ha dado una larga serie de versiones, demostrando tener en todas y cada una de ellas una cara dura que ya viene a ser marca de la casa en los socialistas.
Un demócrata siempre siente que tiene su cargo en el aire, puesto que depende de los votantes y éstos cambian de opinión de vez en cuando.
En los inicios de la Transición se instaló una manera de pensar según la cual socialista es sinónimo de demócrata y eso no es cierto. Lo prueba el hecho de que Sánchez ha conseguido acaparar todo el poder dentro del PSOE, y se le ha permitido que lo haga, o sea, que de demócrata nada.
También ha querido acaparar todo el poder en el gobierno, pero en este caso su pretensión es vana, puesto que sus aviesos socios conocen perfectamente su debilidad y lo tienen pillado, como vienen demostrando continuamente unos y otros.
Todos los partidos aliados con el PSOE son incompatibles con la democracia. A esta situación hemos llegado varios decenios después de la muerte de Franco.
Pero es que, además, este sistema político por el que los españoles nos hemos querido regir desde que lo hemos visto en los países de nuestro entorno, requiere de ciudadanos adultos, en el sentido de que sean responsables y sepan que su voto tiene consecuencias, y éstas pueden ser nefastas, como ocurre en la actualidad, cuando una serie de individuos que no tienen vergüenza, como es el caso de Ábalos, pero también de todos los demás, se burlan y se chotean de todos los ciudadanos, también de quienes les han votado, y no les importa sumir a España en la ruina.

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