sábado, 11 de enero de 2020

El coletas desconfiaba

Acostumbrados como están a mentirles hasta a Dios, que lo ve todo, olfatean el engaño antes de que se produzca. Esperaba Iglesias que Sánchez se la pegara, pero no acertaba a intuir cómo. Tampoco se fían los golpistas, que a lo mejor piensan que les ha robado algo y no saben qué es. Pero va quedando claro porqué el Felón tenía tanta urgencia en ser investido.
Los vascos, en virtud de la contundencia de unos, los de Otegui, y de la capacidad para el enredo de otros, notable es la de Aitor el del tractor, siempre tienen la sartén por el mango.
Nos quieren hacer creer que los cardenales que se reúnen para elegir papa lo hacen inspirados por el Espíritu Santo (luego eligen a Bergoglio y ya vemos que no, pero esa es otra historia). Siguiendo esta línea, resultaría fácil adivinar quién ha inspirado a los españoles que han votado a este individuo que a estas altura ya ha mostrado tan amplio abanico de vilezas que causa asombro en alguien de su cargo. Y a pesar de esto, un nutrido grupo de socialistas le aplaude entusiasmado. La vileza, la mentira, la traición, el plagio, la incultura, el desparpajo, el cinismo, la mala educación, tienen mucho cartel en este sector.
Hablan de regeneración y presumen de progreso. Lo único que puede regenerar un gobierno en el que todos juegan con las cartas marcadas y se miran de reojo y sin quitar la mano de la daga que llevan camuflada es el vicio y el odio. Y el progreso que vislumbra es hacia la catástrofe, la ruina, el tercer mundo.
Con este gobierno unos van a ser más iguales que otros y la palabra fascista va a estar más de moda que nunca. Todos los que no estemos conformes seremos tildados de fascistas y puestos en la diana para que nos acosen.
Con el último desplante del Felón al Rey ha dejado claro que gobernará en contra de los demócratas.


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