miércoles, 1 de enero de 2020

La orquesta del Titanic

La música que sonaba en la fiesta de fin de año vino a ser como un remedo de la que tocaba la orquesta del Titanic cuando se avecinaba la catástrofe. No es probable que el gobierno que se dispone a formar Sánchez, el felón por antonomasia, consiga llegar a la siguiente fiesta de fin de año salvo que se apodere de todos los resortes del país, algo que sin duda ya está intentando hacer. Más o menos, como en Venezuela.
Son bobos los socialistas que callan porque quieren conservar sus cargos. Que se miren en el espejo de Venezuela y verán lo que viene. El descalabro económico hizo caer precipitadamente a Zapatero, pero entonces no estaba Podemos en el gobierno. Que escuchen las noticias que llegan de Bolivia y comprenderán que la situación es muy grave. El asunto no termina en mandar a dos o tres millones de trabajadores al paro, sino que es mucho más grave: hambre para casi todos durante un tiempo inusitadamente largo, como en Venezuela. ¿Qué se creen esos socialistas bobos que no se rebelan para conservar sus cargos? Perderán sus cargos y ganarán hambre. Hay socialistas que murieron por defender unos ideales. ¿Van a permitir, como han hecho siempre los dirigentes de este partido, que un felón, como es Sánchez, manche la historia de estos socialistas honrados? Hay socialistas honrados y con un corazón enorme, como fue el caso de Joseba Pagazaurtundúa, que fueron asesinados por ETA. Joseba sabía que lo iban a matar, lo dejaron inerme con esa finalidad, y no por ello traicionó sus ideales. ¿Van a traicionarlo los socialistas permitiendo una alianza de su partido con Bildu? ¡Qué diferencia entre Pagazaurtundúa y Sánchez! Un hombre, dicho en el sentido de que fue una persona cabal, y un felón. Y los socialistas mansos se quedan con el felón y olvidan al hombre. 

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