domingo, 26 de enero de 2020

Guaidó le metió el dedo en el ojo a Sánchez

Cuando le preguntaron por el hecho de que Sánchez no lo recibiera, respondió que en su día fue el primero en reconocerle. Eso pone de manifiesto la realidad de la cuestión. En aquel momento el Felón era el líder del PSOE y, exultante, quería dar lecciones al mundo y, si era posible, conquistarlo, o sea, convertirse también en un líder reconocido internacionalmente e incluso ser un referente en la Unión Europea.
En la actualidad, ha tenido que darse cuenta de que los sueños, sueños son, y que realmente no es más que un ganapán, un tipo que con tal de conservar el colchón es capaz de cualquier cosa. En consecuencia, es rehén de sus socios de gobierno. En este caso ha demostrado serlo de Podemos, esos tipos que son como el alacrán que pica a la rana que lo lleva a la orilla.
Antes podía defender la democracia y la justicia y ahora sus socios (captores estaría mejor dicho) le obligan a posicionarse con la tiranía y el crimen. Felipe González, otro elemento con el que hay que tener cuidado, ha alabado a Guaidó, pero no ha desautorizado al Felón,
Dentro de ese PSOE que Felipe González, al que sus subordinados llamaban dios, hizo a su imagen y semejanza, deben de haber muchos personajillos esperando la caída del Felón, tras un paso en falso, para ocupar su lugar.
El caso es que los principales líderes de los países democráticos reciben, con todos los honores, al presidente de Venezuela y el miserable que tenemos en la presidencia del gobierno no lo puede hacer porque se enfadaría quien realmente manda en España, ese ser abyecto que cultiva la amistad de Otegui y se manifiesta a favor de los etarras.
Así es como Guaidó, señalando el antes y el después, ha puesto las cartas boca arriba.



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