Los integrantes de la UCO son tan fiables como los que más. Cobran muy poco, arriesgan sus vidas y suelen hacer sus trabajos bien. No es posible que sean siempre perfectos, ni tampoco que entre ellos no haya gente del lado equivocado.
Puesto que están investigando cosas que afectan al gobierno han aparecido últimamente gentes que intentan desprestigiarlos, pero esa es una tarea imposible. Está encaminada directamente a fracasar, porque para que fuera posible deberían haber empezado hace tiempo, sin que ellos se dieran cuenta, lo cual es una dificultad más. Que los componentes de la UCO no se den cuenta de algo que les afecta es terriblemente complicado.
Ha aparecido en escena el teniente coronel Antonio Balas explicando que es imposible que la UCO se haya comportado como dicen quienes pretenden descalificarla y ha alabado directamente a quienes la componen. El teniente coronel sabe perfectamente que esta unidad es un ejército perfectamente adiestrado para las difíciles funciones que día tras día ha de acometer, y que no es fácil que alguno de sus componentes les falle a los demás, porque hacerlo no serviría para nada. Como mucho, para dilatar un poco la solución del proceso y al final él quedaría descubierto.
Lógicamente, no sé cuál va a ser el resultado, aunque como todo el mundo puede imaginar tengo mis deseos. Entre otras cosas porque lo que le está ocurriendo a González Amador es criminal. En circunstancias normales, o sea, que no fuera novio de Ayuso, su caso estaría ya resuelto, como suele suceder en casos parecidos. Ahora su nombre está en boca de todos y generalmente, para tratar con él sus clientes o proveedores tendrán mucho cuidado. Naturalmente que quienes lo han puesto en esa situación no tienen ningún cargo de conciencia, ni les duele tampoco que se vea así. Han cumplido su papel y si además han perjudicado a alguien pues miel sobre hojuelas.
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