Es que les ha impuesto un veto a los policías para que no puedan usar armas largas, lo cual en la situación que vivimos puede considerarse hasta malintencionado. Por supuesto que Ayuso no está conforme y ha emprendido las vías de protesta.
La experiencia demuestra que quien se mete con Ayuso acaba peor que mal. Ya lo sabría Marlasca, si no fuera porque el Felón tiene un aliado que quita fuego a cualquier crisis. Lógicamente, es Feijóo, que no sabe cómo hacer para que el personal se fije, pero resulta que lo hace con Ayuso, con Abascal, con Cayetana, pero poco con él. Feijóo ataca a Abascal, pero con eso le da votos. Pero mucho tendrían que cambiar las cosas para que no fuera el próximo presidente. Con la colaboración de Abascal, claro. El caso es que son necesarias muchas reformas y no da la impresión de que Feijóo haya caído en la cuenta. Tampoco lo ha hecho ningún otro de los expresidentes. Cada cual se da cuenta de lo que le interesa.
El caso es que Ayuso sí podría hacer todas esas reformas, o por lo menos dejarlas encaminadas, porque son tantas que hace falta tiempo para llevarlas a cabo. Hay que hacer una Constitución nueva, suprimir el Tribunal Constitucional, suprimir los donativos discrecionales a los sindicatos, hacer un estatuto para la Televisión Española, etcétera. La tarea es inmensa y me temo que si Feijóo pensara en ello se cansaría.
Sus proyectos, por decirlo de una manera suave y sensata no sirven para nada más que para salir del paso de momento, pero luego podría venir otro y volver a las andadas. Y de eso se trata, de que no pueda volver a ocurrir, que la pantomima del Felón se quede como muestra de lo que no debe ser. Hay que poner todos los medios para que España se convierta en un país sensato.
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