Se
trata de Louis Joinet, un
francés que se apoya en ideas simples, «Conozco
el proceso vasco desde antes de 1981, antes eramos antifranquistas y
por lo tanto provascos»,
para defender aberraciones morales.
El
término 'provascos' hay que entenderlo como un eufemismo, muy
ofensivo para los vascos de bien, por cierto. Todos
los vascos no son como los 'vascos' a los que se refiere.
En
otro momento de la entrevista concedida a Gara dice lo siguiente: «Yo
no sé lo que se decían entre ellos, sacaba a algunos de la cárcel,
me las arreglaba para que no detuviesen a los estaban en la
clandestinidad.»
Hay
que resaltar que ha sido Covite,
y
no el gobierno, quien
ha estado en su papel y puesto una denuncia ante la Audiencia
Nacional, contra semejante sujeto.
En
la vida hay muchas personas tan indeseables como esta, capaces de
abrazarse al terrorismo con cualquier excusa. Lo
lamentable del caso es que tipos así obtengan cargos en las
instituciones. El
gobierno francés debería excusarse por haber elevado a este tipo a
ese rango, aunque
también es cierto que también hubo algún español de similar
catadura, Federico
Mayor Zaragoza, en
cargos de importancia.
Covite
es una asociación que con muy pocos medios defiende algo que nos
conviene a todos, como es el cumplimiento de la ley.
Es
lógico que al gobierno le moleste Covite, porque si hiciera todo lo
posible para el cumplimiento de la ley y lo hiciera sin cometer
errores y sin olvidar nada, esta asociación no tendría razón de
ser. Ninguna
asociación de víctimas del terrorismo existiría si éstas
recibieran el trato que merecen y necesitan.
Conviene
tener en cuenta también que esos partidos nuevos que pretenden
regenerar la vida política española, y que tantas trampas vienen
haciendo por el camino, tampoco suelen aparecer junto a Covite. Es
más, una de ellas, Podemos, está claramente más cerca de los
terroristas que de sus víctimas.
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