El guaperas que se ha agenciado el PSOE
como Secretario General (cuyo ideario se resume en la siguiente frase
salida de su boca: a ganas de ganar a la derecha no nos gana nadie)
ha conseguido los peores resultados de toda la historia de su
partido.
Pero si se convierte en presidente, para
lo cual necesita la ayuda de Podemos y unos cuantos más, todos igual
de peligrosos, tendrá la posibilidad de hacer pasar la derrota por
victoria. El problema es que esta solución es buena para él, pero
mala para España y para el PSOE. También mala para Susana Díaz,
que vería pasar su oportunidad.
En el PP las cosas no van mejor. En ese
sector ha aparecido el fanfarroncito que todo el mundo sabe a meterle
el dedo en el ojo a Rajoy, sin darse cuenta de que con eso está
perjudicando a todos. El resultado de las elecciones es endiablado,
la prima de riesgo sube y hay que hacer encaje de bolillos para que
no se vaya todo al traste.
Felipe González, que tampoco es un
dechado de virtudes, por lo menos, está indicando el camino correcto
al PSOE. Mientras que José María Aznar trata de hundir al PP,
añadiendo zozobra en un momento delicado, Felipe González trata de
evitar que el PSOE se hunda a causa del egoísmo de Pdr Snchz; claro
que también puede aparecer José Luis Rodríguez Zapatero y
convertir este empeño en misión imposible.
A Susana Díaz le interesa el pacto
PP/PSOE, que sería bueno para todos y probablemente serviría para
estabilizar la prima de riesgo en unos niveles tolerables. Quizá
piense también que con este pacto se podría suavizar la presión a
causa de los ERE's.
A estas alturas parece imposible que el
PSOE gane las elecciones, salvo que se presentara a ellas liderado
por alguien como Borrell. Si se abraza a Podemos puede quedar
asfixiado.
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