No vi el debate, por lo que he tenido que
esperar a informarme un poco para opinar sobre el particular. A estas
alturas, fuera de Maite Pagazaurtundúa y compañía, pocas cosas
interesantes hay en el panorama político español.
Habida cuenta de que todo este declive se
ha producido porque no existe la separación efectiva de poderes y
que el partido de Maite Pagazaurtundúa es el único que la exige, no
cabía esperar ninguna gran cosa del debate.
El PSOE tiene demasiados cadáveres en el
armario y muy recientemente ha firmado pactos con Podemos y ha
favorecido a Bildu, por lo que su representante no tiene derecho a
llamar indecente a Rajoy. Esa agresividad forma parte de que media
España satanice a la otra media. Un partido que pacta con Bildu o
Podemos no tiene derecho a sentirse moralmente superior a nadie. Otra
cuestión sería si el PSOE fuera un partido decente, pero ese es un
sueño que se esfumó hace muchos años.
El PSOE fue el partido que liquidó la
poca independencia que tenía el CGPJ. Y también fue este partido el
primero que consagró la corrupción cosa que ocurrió cuando Alonso
Puerta fue a denunciar algo que había visto en su propio partido.
Rajoy, por su parte, no debió perder los
modales, jamás debió contagiarse de la agresividad. En ese detalle
se ve que tampoco anda muy sobrado, que también está con el miedo
en el cuerpo.
Rajoy es un político profesional, como
se va viendo. Y no digo profesional en sentido admirativo, porque la
política no debería ser una profesión. En España abundan los que
desde siempre se han ganado la vida como políticos y se la han
solucionado para siempre. No es el caso exactamente de Rajoy, puesto
que es Registrador de la Propiedad, pero sí que parece que le ha
cogido gustito a la política y que su primera intención consiste en
conservar los cargos que va logrando.
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