viernes, 1 de junio de 2018

Próximamente, el ministerio de la Guillotina

Al menos teóricamente cabía esperar que, puesto que los políticos alegan, como pretexto para acceder a ese modo de vida que es la política, que tienen vocación de servicio y que se sacrifican por los ciudadanos, que cinco o más diputados socialistas, por vergüenza torera, se ausentaran de la votación o rompieran la disciplina de voto, para impedir el triunfo de la moción de censura.
De los demás, que son lo mejor de cada casa, no se puede esperar nada bueno. Ya se ha visto que a los socialistas no les importa España, ni tampoco su partido. Dos de los presidentes que ha tenido España en este periodo democrático, son del PP. Ninguno ha demostrado gran cosa, pero al menos el segundo ha mejorado al primero. En lo que respecta al PSOE, han ido siempre a peor.
Lo más suave que se puede decir de Sánchez es que es un sinvergüenza redomado. A los españoles nos ha caído algo peor que la peste, que las diez plagas de Egipto, que el Diluvio Universal. Podemos exigirá que se habilite un nuevo ministerio, el de la Guillotina, y también el de los Llantos, con la salvedad de que sólo tendrán derecho a llorar los que ellos digan. Los familiares de Muñoz Seca no tendrán permiso ni para nombrarlo.
Sánchez debió apoyar los presupuestos de Rajoy, para evitar el chantaje de los nacionalistas. Y no le dio la real gana. Y ahora hace suyos los presupuestos de Rajoy para contentar a los nacionalistas. Si eso no es de sinvergüenzas no hay nada que lo sea. Y los ochenta y cinco diputados socialistas han dado el visto bueno a esa sinvergonzonería. O sea, que son todos, unos sinvergüenzas. No les ha importado comportarse como unos sinvergüenzas con tal de seguir cobrando su nómina del Estado. Se conoce que fuera de la política no tienen modo de vivir. ¡Ah!, y Borrell es un bluf, además.

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