sábado, 16 de junio de 2018

Las carcajadas de Cristina Cifuentes

Supongo que Cristina Cifuentes se estará riendo mucho al comprobar que quien a hierro mata a hierro muere.
Muchos de los que se ensañaron con ella hicieron las mismas trampas, si no peores. Algunos de los que la acosaban por haber robado dos botes de crema han defraudado a Hacienda cantidades mucho mayores, e incluso han sido condenados en los Tribunales. La culpa es de Hacienda, claro, por dejarse engañar, o hacer la vista gorda, que parece que es el caso. Que un ministro socialista permita que unas personas que ganan mucho más de lo que necesitan para vivir defrauden a Hacienda es pecado mortal. El IRPF podrá ser más o menos justo, más o menos realista, pero una vez establecido hay que hacer que se cumpla. Si se hace pagar el IRPF, lo cual no es justo, es indecente que se permita que otros engañen a Hacienda. Y ya se ve que lo hacían muchos y como el caso era este alguno se cree que lo hacía con pleno derecho. Pues no, estaba robando a los trabajadores y a los pensionistas. Hace falta tener vergüenza para darse cuenta de esto.
También hay otros que se han inventado másteres o títulos que no han hecho. Alguna vez Pedro Sánchez, que por lo visto también puso en su currículo cosas que no eran ciertas y logró su doctorado en tiempo récord, sobre todo teniendo en cuenta sus escasas luces, dijo algo sin prever que sería su cárcel y luego ha ido haciendo nombramientos sin recordar lo que dijo, como es habitual entre los cantamañanas. Algunos de los ministros, entre ellos el nuevo de Cultura, incurren en esos supuestos que él dijo que no admitiría en su gobierno. Cristina Cifuentes debe de observar todo esto muy divertida, y también la vuelta de Rajoy a su profesión y las luchas por el poder en su partido.

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