Es
decir, no a todos los presos catalanes, porque quizá haya más
repartidos por las cárceles españolas, sino precisamente a aquellos
que están acusados de los delitos más graves, los que han podido
causar más daño a Cataluña y al resto de España. Este
gobierno actual, surgido a través de una infamia y a cambio de
perjuicios muy grandes para los españoles ha trasladado a esos
presos para que estén bajo el cuidado de sus cómplices. Es
algo tan vergonzoso que cabía esperar que todos los ministros
dimitieran para salvaguardar su dignidad, o al menos los más
sensatos. Pero ya se ve que la esperanza esa es en vano. Algunos de
los ministros son muy inteligentes, incluso alguno es un superdotado
intelectual, pero es obvio que el talento por sí mismo no es
garantía de nada. Se puede ser un superdotado y al mismo tiempo un
monigote, un figurón,
un pájaro de cuenta. ¿Cómo
si no podrían haber aceptado formar parte de ese gobierno. Otra cosa
sería si lo hubiera logrado limpiamente en las elecciones y a pesar
de que a este presidente no se le puede atribuir ni una sola idea
buena, en un principio no habría nada que reprocharles. Llegados
a este punto del traslado de los presos ya sí.
Cabe
temer, además, que este infame presidente tenga la intención de
indultar a los políticos presos que sean condenados en el juicio,
cuando se celebre, en el caso de que sea posible. Y
si no lo es procurará que no les falte de nada.
Se
podría esperar que el PSOE, por vergüenza también, apartara a ese
de la presidencia del gobierno y convocara elecciones rápidamente,
para restablecer la normalidad democrática, para
impedir el deterioro de las instituciones y devolver la esperanza a
la nación, presa
en estos momentos de una suerte de fatalismo y con la sensación de
impotencia. Pero más que hablar del PSOE habría que hacerlo de lo
que queda de ese partido.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Diccionario de elogios, piropos y voces galantes'
'Atlas del bien y del mal'
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