La amenaza de Torra ante la sentencia

Viene Torra amenazando con llevar a cabo una más de sus muchas locuras o imbecilidades en el caso de que los jueces no absuelvan a los presuntos golpistas que están siendo juzgados.

Se puede apostar tranquilamente a que no hará nada que lo pueda llevar a la cárcel. Si algo ha quedado claro en los años en que los catalanistas vienen dando la lata es la extremada cobardía de todos ellos. De hecho, si quienes están siendo juzgados hubieran previsto la posibilidad de pasar por dicho trance se habrían abstenido de hacer lo que les ha llevado a prisión. Aunque hay otros más indignos todavía, esos que se autoproclaman exiliados, cuando no son más que prófugos. Puigdemont, por cierto, se fugó al modo Dencás.

La naturaleza vil de esta gente se puso de manifiesto cuando en los día previos a la gamberrada intentaron encrespar los ánimos de sus seguidores con la intención de que a alguno se le fuera aún más la olla y hubiera sangre.

Puesto que ellos no se atrevían a dar la cara, pretendían que algún tonto la diera por ellos y acabara muerto, para así encrespar todavía más los ánimos y servirse de la red de propaganda que tienen repartida por el mundo y regada con dinero español. Todo es infame, mezquino, vergonzoso…, como Torra, como Rahola, como Turull, como Junqueras.

En su imaginario siempre estuvo la impunidad, la que disfrutó Pujol toda la vida, que hizo quebrar la Banca Catalana, bajo la mirada atenta de González y Guerra, a quienes Tierno Galván llamaba ‘esos chicos de Sevilla’.

Esa impunidad es la que ahora exige Torra, como si fuera un derecho. Esos están acostumbrados, desde Felipe V, a que se les den cosas que no les corresponden, y a que rapiñen lo que les parece. Son egoístas malcriados. Y Torra es la viva imagen, la representación exacta, de todos ellos.

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