Richard Gere, fantasma

Este actor cinematográfico ha resultado ser un fantasma, porque intenta pasar por lo que a todas luces no es. Como lo prueba lo que ha dicho:

«Hablé con él desde el barco y le reiteré cuanto creo en su bondad y en su sensibilidad pero que estaba mirando esto desde un punto de vista político y no humanitario».

¿Cómo puede tener bondad un señor del que muchos sospechan que es psicópata? Se encaramó a la presidencia del gobierno mediante una moción de censura plagada de mentiras y con el apoyo de lo más ruin de la política española. Desde entonces, la situación española, que no estaba para muchos vuelos, no ha hecho más que deteriorarse en todos los órdenes, económico, moral, periodístico… Solo unos pocos personajes, Marchena, Llarena, mantienen vivas las esperanzas. Por supuesto que no es el caso del Doctor Cum Fraude.

Un personaje que, como hace Richard Gere, pretende el aplauso de los podemitas es obvio que no quiere el bien para todos, sino el mal generalizado. Se dirá que Pablo Iglesias y Pedro Sánchez se llevan a matar, pero esto es porque se disputan los favores del mismo público, gente resentida y con ansias de venganza. Contra el mundo entero, contra la humanidad.

La situación del Open Arms no es competencia de ningún actor de cine y, en realidad, tampoco de ningún gobierno en solitario. El propio Sánchez tenía una postura cuando gobernaba Rajoy y otra ahora que gobierna él.

Gere puede utilizar el léxico y las técnicas de Errejón, Monedero, Iglesias, Montero o Montera, y compañía, que eso da muchas pistas sobre sus intenciones, y lo define. Él mismo se define.

En el mundo hay problemas complejos, fruto del egoísmo y la avaricia de muchos, y por tal motivo su solución es difícil, pero no habrá más remedio que encontrarla. Mientras tanto, los peores intentan aprovecharlos para hacer todo el mal que pueden. Y en ese intento está Gere.

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