lunes, 5 de agosto de 2019

La crueldad de Cayetana con Sánchez

Se le hizo la siguiente pregunta: «¿De quién se fía más, o menos, de Sánchez o de Iglesias?». La respuesta fue: «El señor Iglesias se ha vuelto un revolucionario de salón. O de chalé. El señor Sánchez es un hombre sin escrúpulos. No sé si hay alguien en el mundo que se fíe de él. Quizá la señora Calvo, pero tampoco lo tengo claro».
Conviene detenerse en el punto en que nombra a Calvo. La única. Pero la interesada, la señora de Cabra, sabe que la utilizan en función de su desfachatez. Remarca cada vez más esta condición suya. O sea, que no se fía. Sabe que si se muestra un poco coherente y razonable su ministerio está en peligro.
La mención al coletas es meramente burocrática, es decir, desdeñosa. Si hubiera sido en público y Montero hubiera estado presente había derramado unas visibles lágrimas.
Parece ser que Álvarez de Toledo concede muchas entrevistas últimamente. Le leí una que le hizo una persona de su confianza, de donde resultó que ambas bajaron la guardia, dejaron traslucir un ambiente pijo y el titular fue lamentable y, lógicamente, muy criticable. De todos modos, no se puede negar el talento a ninguna de las dos, entrevistada y entrevistadora.
El resumen es que hay que recibir con optimismo el nombramiento de Álvarez de Toledo, porque al fin hay una persona que domina los conceptos en los órganos de decisión del PP. Harán bien todos los militantes del partido (e incluso los de los rivales) en fijarse en sus palabras y aprender de ellas. Al margen de aquel episodio en el que se fue del PP porque la iban a echar a consecuencia de unas maniobras suyas con Ciudadanos, hay que reconocer que sabe más que la mayoría de los políticos españoles, por no decir que todos.
Aburridos de tanto botarate como Rufián, Aitor el del tractor, o la tal Lastra, los ciudadanos estamos de enhorabuena con la llegada de Cayetana Álvarez de Toledo.


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