Es
decir, estoy a favor de la reforma pero sólo como paso previo para
otra más profunda. Sobran muchas más instituciones, organismos e
inventos de las Comunidades Autónomas.
La
Academia Valenciana de la Lengua, por ejemplo, fue integrada por
Camps, en el nuevo Estatuto que nadie había pedido, que tampoco
levantó ningún entusiasmo y que alcanzó alguna notoriedad fue
porque incluía la llamada cláusula Camps. Todo un hallazgo “genial”
de este pésimo gestor. La fenicia Academia Valenciana de la Lengua
fue una concesión de Aznar a Pujol, porque necesitaba sus votos.
Aznar y Pujol ya no están el política, quizá tengan que ir a los
juzgados en el futuro y esa cosa nos cuesta mucho dinero a los
valencianos.
Las
Comunidades Autónomas han sabido hacer recortes en la Sanidad,
porque anteriormente se gastaron todo el dinero que tenían a su
disposición, y gracias a eso la gente se cuida más, porque el que
se ponga enfermo lo tiene claro. Hacen recortes en la Sanidad y
también en la Educación, porque a los políticos que tenemos lo que
les importa no es el futuro de la nación, o sea, de los ciudadanos,
sino su presente particular y por ese motivo se resisten a suprimir
algunos de los organismos, instituciones o inventos propuestos. Es
que en ellos tienen colocados a muchos amigos, parientes, allegados,
deudos, etc.
Algunos
dicen que no se pueden suprimir organismos de control. ¿De qué
control hablan? ¿Qué es lo que controlan? Porque lo que hay en
España es un descontrol absoluto. Hay mucha gente que cobra por
controlar, eso es cierto. Ahí están los que debían controlar a
Félix Millet. Creo que siguen cobrando. Ahí están los que debían
controlar a las cajas de ahorros y los bancos. Creo que siguen
cobrando. Creo que si hubiera un organismo que controlara a los
caraduras, seguiría habiendo el mismo número de caraduras. ¿Para
qué tantos organismos de control?
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