viernes, 9 de mayo de 2014

El nivel de Elena Valenciano

Hace unos meses dijo que se desnudaría para pedir el voto, si fuera imprescindible. Es decir, lo que importa para ella es que le den el voto.
Hace poco, metió en una sopa, como ingredientes a Jesucristo, el Che Guevara y Felipe González. Están en la misma lógica, afirmó tan campante. Es decir, militar en un partido político español, el socialista, por ejemplo, configura sistema de pensamiento capaz de llegar a todos. Hay votantes socialistas educados en la fe católica, la cual no quieren abandonar. Pues ya tienen la excusa, puesto que de Jesucristo a Felipe González sólo hay un paso intermedio, che, que boludos que son algunos que no quieren darse cuenta.
La lógica de esta Elena, que no sé si hubiera merecido que Paris y Menelao pelearan por ella, la ha llevado a nombrar ministro de Ganadería a Miguel Arias Cañete, que sólo lo era de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Con ello se demuestra que los españoles somos ganado para ella. Ganado que sólo sirve para trabajar y votar. A la vista de su discurso, es obvio que no considera que tengamos entendederas.
Pero es que en sus promesas electorales dice unas cosas que ella misma no se puede creer, pero se conoce que espera que los borregos (¡nos tiene por borregos!) sí las demos por ciertas. Para empezar, habla de los recortes de Rajoy, que desaparecerán si los socialistas ganan las elecciones. Ignora el papel de los socialistas en la génesis de la crisis. A Zapatero ni lo nombra. Es como si el periodo zapateril no hubiera existido. Y eso que Zapatero también presume de que se preocupa por los demás. Olvida también este portento de la solidaridad que cuando Hollande ganó la elecciones en Francia, abundaron en España quienes compararon los recortes de Rajoy con las dádivas del francés. La realidad ha venido a desmentir los sueños dorados de los buenistas. Las cosas son como son y al final Hollande ha encontrado las tijeras. Las más grandes.

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