A
estas alturas ya está más que demostrado que los nacionalistas, de
cualquier parte del globo terráqueo, tergiversan, mienten y falsean.
En
una reciente conferencia el historiador José
Luis Corral Lafuente explicó que cuando en las excavaciones
arqueológicas aparece algo que no conviene al relato del
nacionalismo imperante, el yacimiento es arrasado, sin
contemplaciones de ningún tipo.
En
el caso de Cataluña, el asunto es mucho más arduo y complicado,
puesto que nunca ha sido nación y jamás ha sido independiente. Las
mentiras, tergiversaciones y falsificaciones históricas alcanzan en
este caso cotas mitológicos. Hay mucho dinero empleado en este
menester. Dinero español, claro. Se da el caso de que para construir
su relato necesitan apropiarse de lo valenciano, y lo hacen con todo
el descaro. Se han inventado los Pastisos Catalans y dicen que el
Siglo de Oro valenciano es suyo. En el arte de comprar voluntades,
los nacionalistas son únicos. Colocan en pedestales a quienes les
hacen la pelota y llaman botiflers a quienes optan por la verdad.
A
los nacionalistas catalanes no les preocupa que los valencianos se
sientan ofendidos,
porque de hecho, el ingrediente principal del nacionalismo es el
odio.
Dice
Terricabras que el proceso separatista (el lo llama soberanista) lo
empuja el pueblo, y calla que el pueblo ha venido siendo adoctrinado
y engañado, y este proceso ha sido financiado con dinero español. Y
es que los gobernantes españoles vienen estando en la inopia en este
aspecto, porque los aspectos que vigilan son otros, que tienen que
ver con su permanencia en el poder.
Los
intereses de la gente de la calle son otros. La democracia, el
trabajo, los derechos de los trabajadores, la Sanidad Pública, el
sistema de pensiones, etc. Los nacionalistas ponen a los trabajadores
al servicio de los oligarcas. La vocación de la izquierda es
internacional, para beneficiar a los más, y el nacionalismo sólo
beneficia a unos pocos oligarcas.
'Diálogos Inter Nos'
'El eco de la palabra'
'Las lunas de Miles Davis'
'Dragoste y Los finales y los sueños'
'Yo soy el hijo de Franco'
'¡Abajo las armas!'
'El amor no es un verso libre'
'Figuraciones mías'
'El eco de la palabra'
'Las lunas de Miles Davis'
'Dragoste y Los finales y los sueños'
'Yo soy el hijo de Franco'
'¡Abajo las armas!'
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