Tradicionalmente,
los atletas españoles que representaban a España en las
competiciones internacionales, en conjunto, hacían el ridículo. Lo
de asomarse a las medallas era impensable. El éxito consistía en
que unos pocos se clasificaran para la final de sus especialidades.
Es cosa de la raza, se decía, porque entonces todavía se hablaba de
la raza. La española no da para eso.
Cambiaron
los tiempos, llegó también la democracia y con ella también la
euforia y Samaranch en un puesto clave. Samaranch logró que los
Juegos Olímpicos se celebraran en España. Luego, se han gastado,
torpemente, ingentes cantidades de dinero para que vuelvan a
celebrarse en nuestro país, pero Samaranch ya había muerto.
El
caso es que en los tiempos de la democracia lo de la raza ya había
pasado al olvido y entonces ya se hablaba de con dinero todo se
puede. De modo que el gobierno español del momento, socialista, o
sea de esos que dicen que miran por los pobres, empezó a gastar
grandes sumas de dinero en los Juegos Olímpicos (y en otro evento
que tuvo lugar en Sevilla), con el fin de que el escenario fuera
grandioso y los atletas españoles no sólo llegaran a la final, sino
que también la ganaran. Los del PP hacen lo mismo y lo que ocurre al
final que para los pobres hay palabras, pero el dinero se gasta en
otros menesteres.
Los
atletas españoles ganaron muchas medallas y las siguen ganando. El
dinero 'invertido' dio sus frutos.
Pero
es posible que haya pobres que no se limiten a enardecerse y a
aplaudir cuando alguien diga 'to p'al pueblo', sino que piensen y
cuando alguien piensa los oligarcas fruncen el ceño. Pero pongamos
que un pobre, sólo uno, piense ¿y si todo ese dinero se hubiera
dedicado a Investigación y Desarrollo? ¿Y si en vez de buscar
medallas de oro olímpicas se hubiera procurado conseguir Premios
Nobel? Si España tuviera una legión de investigadores no dependería
del ladrillo y no se hubiera producido la burbuja inmobiliaria.
'Llovieron estrellas'
'Diálogos Inter Nos'
'El eco de la palabra'
'Las lunas de Miles Davis'
'Dragoste y Los finales y los sueños'
'Yo soy el hijo de Franco'
'¡Abajo las armas!'
'El amor no es un verso libre'
'Diálogos Inter Nos'
'El eco de la palabra'
'Las lunas de Miles Davis'
'Dragoste y Los finales y los sueños'
'Yo soy el hijo de Franco'
'¡Abajo las armas!'
'El amor no es un verso libre'
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