Hay
un párrafo rescatable del artículo de Montano titulado Lío en la
segunda división (política), que
es este: «la
manera abrupta y como a traición para con su propio partido de
soltarlo. Y rechina también que Sosa Wagner no hubiese manifestado
antes esa postura.»
Partiendo
de esa traición que reconoce, aunque trata de suavizar, el resto del
artículo da risa.
En
el libro 'Citileaks.
Los españolistas de la plaza real',
en el que se cuenta la gestación y nacimiento de Ciudadanos, pone
que Montano participaba en un blog anterior de Espada y
quizá se hicieron amigos entonces, o acaso ya lo eran de antes.
Espada
revolotea por las alturas en busca del error, y cuando lo encuentra
se lanza en picado. Nunca,
nunca le ha encontrado un error a Ciudadanos, pero son cíclicos sus
ataques a UPyD, bien en la persona de Rosa Díez, o como esta última
vez en la de Irene Lozano.
Le
pregunté a un amigo de UPyD: ¿Crees
que Sosa Wagner se habría lanzado al arroyo sin tenerlo acordado con
alguien?
En
absoluto. Esto es un plan, me respondió.
Porque
la cuestión es esa, Sosa Wagner siempre había estado callado, como
hace notar Irene Lozano en su respuesta, cosa que obvian quienes se
han lanzado a su yugular. Si
hay algún error en la respuesta de Irene Lozano, peor todavía es lo
de quien la provocó.
Se
conoce que algunos piensan que desacreditando a Rosa Díez, y de paso
a Irene Lozano, UPyD
desaparecerá y Ciudadanos podrá ocupar su espacio político. La
idea de la fusión o unión entre ambos partidos podría ser el
Caballo de Troya que
permita destruir a
UPyD.
En
España hay poca tradición democrática, incluso entre los
intelectuales. La
función de un intelectual es criticar los desmanes de los poderosos,
no influir en la política, porque si lo hace se convierte en poder.
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