sábado, 23 de agosto de 2014

Montano se lo toma a guasa


Pero no es talento precisamente lo que le falta para darse cuenta de lo que ha hecho mal. De cualquier modo tampoco me interesa demasiado esta cuestión.

Sí que me preocupa más la actitud de la Mujer-Pez, que como tantos otros desvía la cuestión. Critica a Irene Lozano, obviando el desencadenante de su reación, que fue el artículo de Francisco Sosa Wagner, y aboga por la unión de los dos partidos, sin tener en cuenta que esa es una opinión particular, que puede ser acertada o no, pero que no es el meollo del asunto.

En lo que a mí respecta, no tengo trato con Irene Lozano. Tampoco estoy afiliado a ninguna formación política, porque la disciplina de partido no va conmigo. Para que yo pudiera estar en algún partido habría que concedérseme la libertad de voto. El hecho de que pueda estar de acuerdo con el ideario de un partido no significa que tenga que estar de acuerdo con todas las decisiones que se tomen o con todas las interpretaciones que se hagan de ese ideario. Pero procuraría que nadie me pudiera acusar de deslealtad institucional. Si tuviera alguna discrepancia con la forma de dirigir el partido o con sus estrategias la expondría en los órganos del partido. Y si la decisión que se tomara al respecto no fuera de mi conformidad, abandonaría el partido y devolvería el escaño, si lo tuviera, y entonces hablaría. No haría nada desde dentro que pudiera perjudicar al partido o a sus dirigentes.

Los votantes de Podemos suelen tragarse los discursos que les echan sin utilizar su sentido crítico para analizarlos. En el caso de Francisco Sosa Wagner se tiene en cuenta lo que ha dicho, obviando dónde, cómo y por qué lo ha dicho. Ni siquiera había insinuado antes nada parecido. Lo que sobrevuela ahora es el sospechoso mantra de la unión entre UPyD y Ciudadanos, que si bien se mira podría desembocar en la desaparición de UPyD. 
 

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