jueves, 28 de agosto de 2014

Las presiones del PSOE a Montoro

Los poderosos están acostumbrados a hacer lo que les parece, sea la ley lo que tienen entre manos, o cualquier otra cosa. No se dan cuenta de que con ese proceder dan pie a que surja toda esa serie de vividores de la política que estamos sufriendo.
La ley debería ser lo más sagrado. Y el PSOE, precisamente, invoca la ley: no puede proteger a delincuentes, alega, en el caso de Pujol. El caso es que Pujol todavía no ha sido declarado delincuente por ningún juez y por tanto tiene derecho a todas las garantías jurídicas.
El ciudadano español debería estar asombrado del caso Pujol, pero no lo está. En cambio, está acostumbrado a cosas parecidas y piensa que no tienen remedio a corto plazo. Lo tendría si ahora el PSOE, en lugar de hacer el paripé sobre la cuestión comprendiera que su obligación, en los periodos en que ha gobernado consistía en impedir que Pujol cometiera toda esa serie de fechorías que se le suponen. El PSOE debería comenzar por reconocer que no cuidó bien los intereses de los ciudadanos, puesto que no fue capaz de impedir todo lo que ahora se le achaca a Pujol y que no es el mayor mal que ha hecho, sino que éste es la cantidad de odio que ha generado y el deterioro de la convivencia que ha promovido. El PSOE no puede reconocer eso, porque tampoco puede reconocer otras muchas cosas, así que por lo menos debería procurar no hacer mucho ruido.
También es culpable el PP de todo lo que supuestamente ha hecho Pujol y también tiene cosas que callar.
Pero el partido que más culpa tiene es CiU, y es el que peor se está comportando con respecto a este caso. Dentro de CiU todos tenían que saber lo que estaba haciendo Pujol, y entre esos todos están Duran Lleida y Mas.

 
 

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