Fue
en la presentación
del libro '1978. El año en que España cambió de piel', cuando
respondiendo a la pregunta de uno de los asistentes dije que Juan
Carlos I no tenía, ni tiene, suficiente talento para evaluar las
capacidades de Adolfo Suárez y que tuvo que ser Torcuato
Fernández-Miranda quien lo seleccionara.
Hay
que recordar que la terna que se le propuso estaba compuesta por el
propio Adolfo Suárez, Federico Silva y Gregorio López Bravo. Y que
tras la elección del primero, Ricardo de la Cierva escribió un
artículo titulado 'Qué error, qué inmenso error'.
¿Qué
hubiera pasado si el entonces Rey hubiera tenido talento?
Si
Juan Carlos I hubiera tenido talento se habría dado cuenta de la
dificultades que entrañaba la tarea que llevó a cabo Adolfo Suárez
y en lugar de estar criticándolo a toda hora le habría dado su
respaldo. Si lo hubiera hecho así, el presidente del gobierno no
habría pagado un precio tan alto, puesto que todas sus antiguas
amistades le consideraron un traidor, por su empeño en traer la
democracia, y le volvieron la espalda despectivamente.
Si
Adolfo Suárez hubiera tenido el respaldo del Rey en todo momento,
porque éste hubiera sido consciente de su mérito, el golpe de
Estado del 23-F no hubiera sido posible porque todos los militares
habrían sabido, sin que cupiera ningún género de duda, de que el
Rey no les iba a apoyar.
Tampoco
el general Armada hubiera podido organizar la procesión de
personajes que le visitaron en esas condiciones.
Si
el entonces Rey tuviera talento, no le habría pedido a Rodríguez
Sahagún, reciente ministro de Defensa, y sin contar primero con
Adolfo Suárez, que trasladara a Madrid al general Armada.
Si
Juan Carlos I hubiera respetado al entonces presidente del gobierno,
todos los demás políticos del momento, incluidos los de UCD,
habrían hecho lo mismo y España se habría encaminado hacia caminos
más serios de los que hemos transitado desde entonces.
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