martes, 18 de agosto de 2015

Olvida Hermann Tertsch


Se refiere al catalanista que ocupa la consejería de Educación del Reino de Valencia (conviene recordar que el término Reino es plenamente democrático, mientras que País ha sido introducido por los nacionalistas y el nacionalismo es incompatible con la democracia; los nacionalistas insisten en no utilizar el nombre oficial).

Lo que olvida es que el PP es el que más ha hecho por introducir el catalanismo en el Reino y no sólo porque su nefasta gestión ha propiciado estos impresentables ocupen las instituciones, sino sobre todo por otras maniobras que han hecho cuando han disfrutado del poder.

Fue Zaplana quien se inventó la fenicia Academia Valenciana de la Lengua, para contentar a Pujol y que este apoyara a Aznar. Fue Zaplana quien puso al catalanista Villalonga al frente de la misma consejería que ahora ocupa el tal Marzá.

No sé si en la lista de consejeros de Educación de esta Comunidad Autónoma se podrá encontrar alguno que no sea catalanista. Como mucho, aparecería alguno 'tibio' o 'equidistante'.

El invento fue de Zaplana, pero luego ordenó a sus Consjeros Camps y González Pons que consumaran el despropósito de la AVL. En las negociaciones con Pujol también participó Calomarde.

Y luego fue Camps, que en su calidad de presidente de la Comunidad, se sacó de la manga un nuevo Estatuto que nadie pedía e introdujo en él a la fenicia AVL.

Barberá tampoco se quedó atrás. Celosa, quizá de que en Barcelona parezca que nunca se ha hablado español, porque todas las calles están rotuladas en catalán, e incluso en el callejero figuran los fantasmagóricos Países Catalanes, que posiblemente veamos pronto en el valenciano, se dedicó a rotular también todas las calles en eso que llaman 'valenciano', pero que ajusta exactamente a lo que dicta el que llaman 'único ente normativo valenciano'. Un gasto tonto e inútil, y aún se le podrían añadir más calificativos.







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