domingo, 9 de agosto de 2015

Un Vietnam para los españoles

Llega un catalufo y dice: “deberíamos convertir Cataluña en un Vietnam para los españoles”, y se queda tan ancho, convencido de que su gracieta será reída, cosa que no me cabe duda de que ha sucedido.
Sí, porque allí se dicen cosas muy absurdas cada día y los catalufos las reciben con toda la seriedad asnal de la que son capaces, y es mucha. Les gusta ponerse trascendentes. Lo gracioso es que esa trascendencia la consiguen, no por sus méritos individuales, sino por su su pertenencia a 'una nació'. Son catalanes, luego son superiores.
Los nacionalismos no son democráticos, ni pueden serlo. Esa defensa que hicieron Felipe González y sus acólitos de los nacionalistas durante el periodo constituyente se ha demostrado nefasto para España, y el primer paso que deberían dar los socialistas, si quieren contribuir a que se resuelvan los graves problemas que hay planteados, sería reconocerlo, pero si quieres arroz, Catalina. Pedro Sánchez es infinitamente más tonto que Felipe González.
La gracia de los nacionalistas consiste en que quieren conseguir lo que se proponen utilizando todos los medios a su alcance: la intimidación, el chantaje, la violencia moral, la violencia física, si pueden, etc.
Lo de convertir Cataluña en un Vietnam para los españoles supone coaccionar, amedrentar, violentar a todos aquellos catalanes que no pasen por el aro de los catalufos. El resultado final es sabido: Cataluña se va a empobrecer cada vez más. Un producto fabricado en Cataluña es mal visto en cualquier parte del mundo. Lo dejó escrit0 Antonio Machado: El ojo que ves no es/ojo porque tú lo veas;/es ojo porque te ve.
A los catalufos se le ve, y ellos se empeñan en que se les vea en todas partes. Y para que no quede dudas de que siembran la peste, mandan troles a incordiar a lo largo y lo ancho del mundo.

No hay comentarios: