jueves, 11 de julio de 2019

Las peligrosas ideas de la ministra de Hacienda

Dijo María Jesús Montero que la idea de que donde mejor está el dinero es en bolsillo de los particulares no la puede compartir y que nunca se ha demostrado que una bajada de la contribución del ciudadano al sostenimiento de los servicios públicos se traduzca en un estímulo económico.
Indudablemente, esta ministra quiere quedar con su jefe, que le ha ordenado una subida de los impuestos, a saber por qué motivo: a) complacer a Podemas, que quiere la ruina de los españoles; b) por puro sadismo. Algunos se empeñan, entre ellos el propio Sánchez, en decir que los españoles pagan pocos impuestos, lo cual es una mentira muy gorda y además tiene trampa.
Probablemente, de entre los países democráticos, España es el que tiene mayor número de políticos y asimilados por metro cuadrado. Es decir, una parte muy gruesa de los impuestos en España se destina a gastos de personal. Si se redujera a una tercera o cuarta parte, seguramente el país funcionaría mejor y al haber menos gasto la economía nacional mejoraría.
Pero la cuestión principal es la siguiente: ningún ministro, y mucho menos un ministro socialista, administraría su casa del mismo modo que lo hace en su ministerio. Hay líneas del AVE que se han tenido que abandonar por falta de pasajeros, aeropuertos innecesarios y superfluos. Y por ahí seguido.
El dinero cuando está en manos de los políticos corre grave peligro de ser gastado sin ton ni son. Los particulares llevan más cuidado, porque el dinero es suyo y desean sacarle provecho, incluso cuando hacen donativos, porque entonces desean un beneficio espiritual. Los políticos suelen ser generosos con el dinero ajeno, viajan en Falcon, incluso cuando las distancias son cortas, incluso cuando minutos antes de subirse al avión se han declarado ecologistas y han criticado a la derecha por este motivo.

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