Podemas es un partido que quiere más
poder. Ya lo dice su propio nombre: Pode-más. La cuestión es: ¿para
qué quieren el poder? Pues para hacer maldades, que es lo suya, para
instaurar en España una dictadura como la venezolana, a la que
algunos llaman democratura. Los defensores de Chávez y su sucesor
Maduro van quedando en evidencia.
Sánchez anda un tanto contrariado,
puesto que está acostumbrado a salirse con la suya (salvo en el caso
de los huesos de Franco, en el que ha pinchado en hueso), para lo
cual le ayuda mucho su absoluta carencia de escrúpulos.
Cada vez son más los que se dan cuenta
de que el PSOE ya no existe, ha sido fagocitado por el Partido
Sanchista, lo de Obrero y Español vamos a dejarlo en adornos que en
unos momentos pueden tener utilidad y en otros no.
Podemas llegó a tener opciones de
deglutir al Partido Sanchista, pero su ambición desmedida de poder
le llevó a cometer errores de cálculo y muchos de sus electores
volvieron a la casa madre, o sea, al PSOE, sin darse cuenta de que ya
no existe. La catástrofe está servida. Con Zapatero se perdieron
para siempre muchos trabajos estables y ahora solo se puede aspirar
al trabajo precario. La ministra de Hacienda en funciones está
afilando el sable. El sablazo que nos espera es de aquí te espero.
Ya nos avisa al respecto que es mejor que el dinero esté en manos
del gobierno que en las de los particulares. Para que lo pueda
malgastar, claro. Ya lo dijo la de Cabra cuando era ministra con
Zapatero: El dinero público no es de nadie. ¡Hala, todo a la
alcantarilla!
Podemas y el Partido Sanchista son el
fuego y las brasas. Nos pongamos como nos pongamos, nos vamos a
quemar. Para alegría de Otegui, el terrorista, otro de los socios.
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