domingo, 15 de diciembre de 2019

Lo de Jorge de Esteban es descabellado

Me he enterado por Jon Juaristi que Jorge de Esteban ha hecho una propuesta que no tiene sentido y que no puede conducir a nada bueno. Pero antes de referirme al asunto y como en cierta medida forma parte del problema, porque lo de servirse de las lenguas y los dialectos para algo distinto de lo que es su función resulta nefasto, quisiera apuntar que Jon debe de significar Juan. Servirse del nombre como si fuera una marca comercial, lo cual está de moda, es un detalle narcisista.
Lo que propone de Esteban es suprimir todas las Autonomías excepto dos. Esto sería una rendición en toda regla. Y dar por buena toda la infame labor que llevaron a cabo Arzalluz y Pujol, porque el PSOE, por la estupidez de sus dirigentes, les facilitó que pudiesen hacerlo y ninguno de los gobiernos que hubo a continuación se planteó la posibilidad de que las bases de la democracia se hubieran sentado mal. En los primeros tiempos de la democracia los nacionalistas apenas tenían peso. El PSOE los consideró como aliados porque supuestamente se habían opuesto al franquismo. Felipe González, Alfonso Guerra, Javier Solana Madariaga, Gregorio Peces-Barba y otros no tuvieron la grandeza de ver que empezaba un tiempo nuevo. Había que sentar las bases para la convivencia entre los españoles en el tiempo futuro. Convenía elegir unos ideales y en torno a ellos redactar una Constitución.
En lugar de eso, optaron por comportarse como si fueran enemigos que están firmando una propuesta de paz, cediendo en esto unos, en aquello otros y al final de toda esa negociación salieron con ventaja los nacionalistas.
El nacionalismo es perverso, nunca puede conducir a nada bueno. Pone a la nación por encima de las personas. El nacionalismo no se sacia nunca. Ceder ante los nacionalistas es dar pie a que pidan más y más. 

2 comentarios:

Juan Gnav dijo...

De narcisos y soberbias hay reflejos espejados que llenan muchas mochilas. A algunos les basta el agua cristalina de un lago con aguas quietas. Se acercan con suavidad a su orilla procurando que no caiga arrastrada piedra alguna que difumine los encantos de los que presumen. Hay quien quiere ver un aura luminosa proyectada desde sí que emana fuera de los límites físicos de su cuerpo ponderando a capricho y gusto su verdad por encima de las verdades de los otros. Puede ser una persona versada y leída e incluso muy lista. Inteligentemente sobrada (qué sabré yo).


Del narcisismo yo solo sé de mi soberbia por lo que me obligo, procurando no exigirme demasiado, para tener un palmarés de victorias a favor. ¿Será por mi ser narciso, o será porque soy cobarde y dispuesto a no traicionarme? Quiero pensar que soy un narciso cobarde por razones de piedad conmigo mismo y por mi derecho a decidir sobre mi tontería aplicada irónicamente.

Juan Gnav dijo...


De narcisos y soberbias hay reflejos espejados que llenan muchas mochilas. A algunos les basta el agua cristalina de un lago con aguas quietas. Se acercan con suavidad a su orilla procurando que no caiga arrastrada piedra alguna que difumine los encantos de los que presumen. Hay quien quiere ver un aura luminosa proyectada desde sí que emana desde los límites físicos de su cuerpo ponderando a capricho y gusto su verdad por encima de las verdades de los otros. Puede ser una persona versada y leída e incluso muy lista. Inteligentemente sobrada (qué sabré yo).


Del narcisismo yo solo sé de mi soberbia por lo que me obligo, procurando no exigirme demasiado, para tener un palmarés de victorias a favor. ¿Será por mi ser narciso, o será porque soy cobarde y tengo miedo de exponerme? Quiero pensar que soy un narciso cobarde por razones de piedad conmigo mismo y por mi derecho a decidir sobre mi tontería aplicada irónicamente.