martes, 29 de septiembre de 2020

Generosidad y cristianismo II

 

Decíamos ayer que el cristianismo está íntimamente ligado a la generosidad. Sin embargo, muchos de los que se dicen cristianos desconocen esta cualidad, o no la tienen en cuenta. Otros, que presumen de ser ateos y solidarios, fomentan el egoísmo. «Para Gustavo Bueno, la ley de plazos del aborto es uno de los casos más sonados de ‘degeneración democrática’».

Sin la generosidad, no vamos a ninguna parte. Si hemos llegado hasta aquí, como especie, es gracias a la generosidad, que en algunos casos individuales ha sido superlativa. No me voy a referir a los santos, algunos de los cuales entran, sin duda en esta consideración, para no permitir el etiquetado facilón de los buenistas, esos seres que no hacen ningún bien, sino a las primeras feministas, o a los sindicalistas pioneros.

Hay gente que se disfraza de generosa, pero no lo es. Su generosidad es a cambio de algo. Que se le considere un ser superior, por ejemplo. Uno de estos seres ‘superiores’ se enteró de que había habido un atraco en un lugar en el había estado dos horas antes y casi le da un infarto del susto. A otro le picó un mosquito y se puso a llorar y a gritar pidiendo auxilio. Esa necesidad de sentirse superior a los demás es el origen de muchas maldades. Pero, sobre todo, da mucha risa.

La generosidad, esa virtud tan necesaria que sin ella nos habríamos extinguido y que está en el origen del cristianismo, debería tener su máximo exponente en la política, en los entornos democráticos, en los que se supone que alguien se ve capaz de ayudar a sus vecinos a vivir mejor y, de modo altruista, deja sus ocupaciones por algún tiempo durante el cual se dedica a servir a los demás.

Abandonada la vía de la generosidad, a la política española han llegado los seres más viles que se pueda imaginar y los peores de todos, sin parangón en este campo en toda la historia de España, ostentan el poder.

‘2016. Año bisiesto’
‘El Parotet y otros asuntos’
‘Diario de un escritor naíf’
‘Yo estoy loco’
‘Valencia, su Mercado Central y otras debilidades’
‘1978.El año en que España cambió de piel’
‘Tránsito en la mirada’
‘Te doy mi palabra’


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