A estas alturas y después del tiempo que llevan en el candelero, perpetrando maldad tras maldad y cometiendo torpeza tras torpeza ya es de dominio público la escasa capacidad intelectual del rey y la reina de las Cloacas. En puridad, y mientras no cambien de proceder, ellos mismos son las cloacas.
Una de sus pifias más sonadas fue la que llevaron a cabo con Calvente. Son tan burros, con perdón para los pobres jumentos, que no tienen ninguna culpa, que no todo lo analizan en clave de poder. Se han procurado unas hordas, a las que lanzan contra quienes se les oponen, y piensan que con eso ya lo tienen todo. Se conoce que este abogado, contra el que ahora se revuelven, otra vez, quiso hacer bien su trabajo y eso no le convenía a la parejita de incompetentes, por lo que optaron por desembarazarse de él y lo quisieron hacer a su manera, la habitual de las cloacas, difamándolo y tratando de hundirlo. Todas esas maniobras en contra de Calvente resultaron ser, como de costumbre en esta gente, nauseabundas.
Ni los reyes de las Cloacas ni sus hordas tienen vergüenza, así que tras el fiasco de su primera embestida contra su ex abogado, han vuelto a la carga, porque éste, con más fundamento que ellos, ha acudido a la justicia. Nuevamente vuelven a intentar desacreditarlo, puesto que piensan que al ser ellos muchos y él sólo uno, pueden ganar. Se les pasan por alto dos cuestiones: La primera es que él es más inteligente que quienes le atacan, como se viene poniendo de manifiesto, y la segunda es que seguramente tiene razón y estando el asunto en manos de un juez ellos ya no tienen tanto control como desearan. Bien es verdad que, en este punto cuentan con la impagable ayuda de su socio en el gobierno, el Felón.
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