miércoles, 6 de noviembre de 2019

De acuerdo con Sánchez

A estas alturas no se le puede escapar a nadie que si Sánchez ha prometido atrapar a Puigdemont es porque le ha visto las orejas al lobo. El ascenso de Vox en las encuestas, junto con el detalle de que les quita votos a todos ha tenido algunos efectos beneficiosos.
Lo que ocurre con Sánchez es que es un melón artesanal, hecho a mano, su ‘melonidad’ ha tenido que ser manufacturada minuciosamente. Según sus explicaciones, su actitud se enmarca en el ámbito dictatorial, y luego habla de Franco.
Yo pensaba que lo había hecho porque España tiene firmados unos acuerdos en virtud de los cuales ese prófugo y los demás deberían haber sido entregados ya. La función de los tribunales de justicia que han de decidir si los entregan o no debe circunscribirse a comprobar que las euroórdenes se ajustan a lo pactado. Hasta el momento, y en lo que concierne a estos casos, se vienen extralimitando y el gobierno de Sánchez venía callando, por el interés personal del presidente, que necesitaba el apoyo de los fugados para serlo.
Han cambiado las tornas y le conviene otra cosa. Sabe que las euroórdenes se ajustan perfectamente a lo pactado, entre otras cosas porque tiene juristas de primer nivel en su gobierno -Delgado, Marlasca-, otra cosa es que tengan la cara muy dura, pero eso se da en todos los ministros de este gobierno. En cuanto a cara dura, el gobierno de Sánchez no tiene nada que envidiar a ninguno del mundo.
Si Puigdemont está en Bélgica es por algo y esas expectativas iniciales suyas se van cumpliendo porque los jueces belgas actúan de forma desleal, al menos hasta el momento.
Hizo bien la ministra de Cabra en amenazar a los belgas con tomar represalias si no cumplen con lo pactado. Ellos sabrán si les merece la pena comportarse como bellacos por un puigdemont. Ahora bien, si deciden quedárselo, porque les gusta el sujeto, les sugiero que consideren la posibilidad de atraer también a alguna rahola.

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