Por parte de partidos que no tienen
ningún empacho en tratar y pactar con otros que llevan terroristas
en sus filas o que llevan a cabo prácticas tan inmorales y
antidemocráticas como el acoso.
Los que acosan lo hacen porque creen en
la impunidad, lo que les señala como malas personas, pero también
como asesinos morales, porque como consecuencia de sus actos sus
víctimas, o algunas de ellas, podrían tomar la decisión de
suicidarse o caer en la depresión. Hago constar esto para situar el
debate. Un partido político que entre sus armas tiene el acoso no
está legitimado moralmente para criticar a nadie.
Pero es cierto que sería conveniente que
se cambiaran las reglas de juego, para que solo se permitiera la
participación en la política a partidos de intención constructiva
que se obligaran, además, a respetar absolutamente el ordenamiento
jurídico. Lo que no debería consentirse es que los contribuyentes
les paguemos el sueldo a políticos que no quieren más que
perjudicarnos. El hecho de que muchos votantes no se den cuenta de
ello no es más que un peligro añadido, porque viene a demostrar que
la capacidad de engaño que tienen los dirigentes de esos partidos es
muy grande.
Habría que exigir, igualmente, que los
partidos políticos tuviesen unos estatutos o reglas internas que
limitasen el poder de sus líderes, porque el que ha logrado Sánchez
dentro del PSOE lo convierte en dictador. Hay que recalcar la
querencia que tienen Sánchez, Zapatero, Iglesias, Monedero y otros
por los dictadores de izquierdas.
Muchas de esas cosas que propongo ya
están en vigor en otros países, democráticos, por supuesto, porque
en los no democráticos, como Venezuela, Cuba, Irán, no tienen
sentido.
La catástrofe se cierne sobre España
precisamente por tener unas reglas de juego tan laxas. Y cuando hablo
de catástrofe me refiero a que crezcan las listas del paro y tengan
que cerrar muchos pequeños negocios.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
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