miércoles, 27 de noviembre de 2019

Lo del cordón sanitario a Vox

Por parte de partidos que no tienen ningún empacho en tratar y pactar con otros que llevan terroristas en sus filas o que llevan a cabo prácticas tan inmorales y antidemocráticas como el acoso.
Los que acosan lo hacen porque creen en la impunidad, lo que les señala como malas personas, pero también como asesinos morales, porque como consecuencia de sus actos sus víctimas, o algunas de ellas, podrían tomar la decisión de suicidarse o caer en la depresión. Hago constar esto para situar el debate. Un partido político que entre sus armas tiene el acoso no está legitimado moralmente para criticar a nadie.
Pero es cierto que sería conveniente que se cambiaran las reglas de juego, para que solo se permitiera la participación en la política a partidos de intención constructiva que se obligaran, además, a respetar absolutamente el ordenamiento jurídico. Lo que no debería consentirse es que los contribuyentes les paguemos el sueldo a políticos que no quieren más que perjudicarnos. El hecho de que muchos votantes no se den cuenta de ello no es más que un peligro añadido, porque viene a demostrar que la capacidad de engaño que tienen los dirigentes de esos partidos es muy grande.
Habría que exigir, igualmente, que los partidos políticos tuviesen unos estatutos o reglas internas que limitasen el poder de sus líderes, porque el que ha logrado Sánchez dentro del PSOE lo convierte en dictador. Hay que recalcar la querencia que tienen Sánchez, Zapatero, Iglesias, Monedero y otros por los dictadores de izquierdas.
Muchas de esas cosas que propongo ya están en vigor en otros países, democráticos, por supuesto, porque en los no democráticos, como Venezuela, Cuba, Irán, no tienen sentido.
La catástrofe se cierne sobre España precisamente por tener unas reglas de juego tan laxas. Y cuando hablo de catástrofe me refiero a que crezcan las listas del paro y tengan que cerrar muchos pequeños negocios.

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