Ningún país europeo puede competir por
sí mismo en el mercado mundial. La Unión Europea es una necesidad.
Nos jugamos, además, el Estado del Bienestar que con tanto esfuerzo
hemos conseguido los europeos.
Sin embargo, esta necesaria UE está
siendo dificultada y torpedeada por los nacionalistas, tan presentes
todavía en el mundo, y que solo sirven para hacer el mal, como lo
prueba el Brexit, sin ir más lejos, o deslealtad con España que
muestran varios países en el caso de las euroórdenes, necedades de
Sánchez aparte. Más graves son las de Puigdemont, Torra, Junqueras,
o la misma Ponsatí, que bajo la capa de intelectualidad con que se
cubre esconde un alma en nada diferente de la de los hunos.
Si recapitulamos sobre la cuestión
tenemos que sin la intervención de Inglaterra la Guerra de Sucesión
habría durado muy poco y consecuentemente la situación de Cataluña
ahora sería muy distinta. Cuando ya no les interesaba esa contienda,
los ingleses la abandonaron, pero rapiñando además Menorca y
Gibraltar, y ahí siguen, sin avergonzarse del mal causado, ni de
conservar algo que no les pertenece. La piratería, hay que decirlo
claramente, forma parte de sus ‘virtudes’, y no se podrán
desprender de ella mientras no abandonen el nacionalismo.
Los británicos también ayudaron a
Bolívar, pero luego le impidieron cumplir su sueño de hacer un
único país de toda la América del Sur. Ellos promovieron la
división en muchas naciones. La vocación del nacionalismo es
perjudicar a las demás naciones.
Se vio en Europa cuando las guerras en la
antigua Yugoslavia. Las distintas naciones que componen la Unión
Europea fueron incapaces de adoptar una política común y cada una
de ellas defendió sus intereses particulares, cuando el interés
general era el de frenar las matanzas y procurar lo que más
conviniese a los ciudadanos de esa zona. Lejos de eso, primaron los
egoísmos. Nadie se avergüenza.
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Tránsito en la mirada'
'Te doy mi palabra'
No hay comentarios:
Publicar un comentario