martes, 21 de julio de 2020

De Lady Bi a Corinna


No puede decirse que las suyas sean vidas paralelas. Bienvenida Pérez, en cuya casa natal en Valencia puso una lápida alguien a quien le pagaban por no hacer nada (a los de Podemos les pagan por hacer maldades), saltó a la fama en España como Lady Bi, puesto que así era conocida en los ambientes en los que se desenvolvía.
En la Wikipedia todavía quedan parcelas en las que las bandadas de desaprensivos dispuestos a imponer la mentira han puesto sus pezuñas y una de ellas es la historia de esta dama. Queda claro en ella que jamás ha conocido el amor. Comenzó su vida en un ambiente inhóspito y luego se desenvolvió entre gente caprichosa, voluble y egoísta. Lady Bi supo sacar partido a su manera.
Cuestión distinta es la de Corinna, aunque su vida guarde alguna relación o similitud con la de Lady Bi, lo podría enmarcarse en lo que se viene llamando una vocación fuerte. No es que la vida la haya empujado hacia ahí, como podría alegar en su defensa la otra. Y en este sentido sorprende que todo un Rey de España haya caído en sus redes. Todavía sorprende más que personajes como Luis María Anson y otros pretendan hacernos creer que este Rey fue el auténtico artífice de la Transición, dejando a Adolfo Suárez como mero instrumento suyo. Eso no puede ser. Adolfo Suárez no se habría dejado engañar jamás por una señora de esta clase, ni habría puesto en ridículo la institución a la que pertenece.
Así es como habría querido pasar a la historia Juan Carlos I, pero la verdad acaba por imponerse y él mismo se ha encargado de demostrar que no da la talla para tanto. Debería haber agradecido a Adolfo Suárez sus esfuerzos y su dedicación y en lugar de eso quiso quitárselo de encima, porque el agradecimiento es propio de los espíritus elevados.
Afortunadamente, Felipe VI es de otra pasta, y los de Podemos, infames, no podrán con él.

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