De forma recurrente se viene informando
de que los pensionistas cobran más de lo que han cotizado durante su
vida laboral. Si ello tiene como finalidad justificar el recorte que
se avecina, es infame.
Mientras el Estado incurra en gastos
superfluos, cualquier asalto a los bolsillos de los pensionistas,
como es el caso del IRPF, que no deberían pagar, es injusto. Solo
cuando el Estado gaste única y exclusivamente en aquellas
instituciones u organismos que necesita para funcionar, podría
empezar a plantearse cualquier reducción a los pensionistas.
Todas las televisiones regionales y miles
de chiringuitos deberían ser eliminados. Con una televisión
pública, con estatuto propio, independiente de los políticos, y que
garantice la neutralidad informativa es suficiente. Luego podría
tener sucursales regionales, con las mismas condiciones de
independencia y neutralidad. Eso conllevaría un salto cualitativo en
calidad democrática y un ahorro considerable para las arcas
públicas.
Pero el ahorro no debería acabar ahí.
Hay una gran cantidad de organismos que son réplicas de los
centrales que, obviamente, sobran. El ciudadano no tiene el por qué
pagar con sus impuestos los altos salarios de quienes encuentran acomodo en
estos sitios, habilitados de forma abusiva para el contribuyente, al
que primero se le pide el voto y cuando lo da comprueba que se usa en
contra suya. Los políticos españoles no piensan que están al
servicio de los ciudadanos, sino que se creen un escalón por
encima.
Al hablar de los pensionistas conviene
tener en cuenta también que muchos cotizantes no llegan a percibir
pensión, porque fallecen antes de jubilarse y buena parte de ellos
la disfrutan durante poco tiempo por el mismo motivo. Los más
longevos tienen la mala suerte de que sus pensiones ya no llegan para
cubrir sus necesidades, pero es que, además, perciben que se les ha
adjudicado la condición de estorbo.
Es malo para cualquier país que después
de haber trabajado toda la vida, el trabajador en lugar de disfrutar
con júbilo la jubilación reciba maltrato del propio Estado que ha
ayudado a mantener.
‘2016. Año bisiesto’
‘El Parotet y otros asuntos’
‘Diario de un escritor naíf’
‘Yo estoy loco’
‘Valencia, su Mercado Central y otras debilidades’
‘1978.El año en que España cambió de piel’
‘Tránsito en la mirada’
‘Te doy mi palabra’
‘El Parotet y otros asuntos’
‘Diario de un escritor naíf’
‘Yo estoy loco’
‘Valencia, su Mercado Central y otras debilidades’
‘1978.El año en que España cambió de piel’
‘Tránsito en la mirada’
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