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sábado, 28 de julio de 2018

Abortistas a todo trapo

El asunto del aborto está siempre candente y por supuesto que tiene repercusión en la vida cotidiana, puesto que afecta a la moral colectiva. En la actualidad ha vuelto a ser foco de atención, motivo por el que me propuse encontrar algunos de los artículos que Julián Marías le dedicó. Van a continuación:
El caso es que mientras tanto he dado con esto: «El aborto debe ser totalmente libre. En algunos países se está incluso permitiendo hasta los dos meses desde el nacimiento y acá tonteando con las 3 causales». Siguiendo este enlace se puede comprobar que no me lo invento: https://twitter.com/manuelachuncha/status/1022585343550402562
Hay una diferencia grande, claro. Se puede estar de acuerdo o no con Julián Marías. Rebatir sus argumentos es bastante más complicado. Yo diría que imposible, pero con tildarlo como complicado ya pongo en un aprieto a sus detractores, les conmino a intentarlo. Adelanto a quienes por miedo o por pereza no se decidan a leer sus artículos que consideraba a la aceptación social del aborto como el mayor mal del siglo XX. De modo que los abortistas que piensen que sus razones son válidas están obligados moralmente a leerlos.
También se han referido a este asunto, sin que se le pueda acusar de sumisión al Vaticano, Justo Coll, https://joelheraklion.wordpress.com/2010/12/25/acerca-de-la-esencia-vital/, y todo el mundo sabe que Gustavo Bueno, el filósofo ateo, también fue un antiabortista recalcitrante.
A pesar de que hay tantas razones y tan fundadas, de los personajes citados y de otros muchos, el número de los partidarios del aborto aumenta de forma desmesurada sin que ninguno de ellos sea capaz de esgrimir un discurso que vaya más allá de los tópicos o los caprichos. El hecho de que sean multitudes las que lo piden y están conformes adquiere la calidad de argumento en este caso. Una vez más, se impone la fuerza sobre la razón.

domingo, 6 de enero de 2013

Solo ante el peligro

Como advirtió Julián Marías en la revista Blanco y Negro, los espectadores aplauden la actitud del protagonista de la película en pro de la justicia y desean, e incluso le exigen en su fuero interno, que haga todos los sacrificios que sean necesarios.
Pero cuando estos espectadores salen del cine y se convierten en protagonistas de sus propias vidas, muy a menudo, se comportan como los villanos de las películas.
En Solo ante el peligro, Gary Cooper gana, y es lógico que sea así, porque de otro modo la taquilla hubiera sido muy inferior, pero sobre todo porque no conviene reforzar la actitud de los malos. No obstante, conviene fijarse en que en la película todos los que dejan solo al protagonista saben encontrar sus razones. Al final, les toca agacharse a recoger del suelo la estrella de sheriff.
No es cierto que Baltasar Garzón, como aducen algunos, estuvo solo ante el peligro. Ni estuvo solo, ni peligraron sus finanzas particulares. Quienes lo defienden olvidan a Marino Barbero, que sí que estuvo solo cuando fue objeto de una canallada, que le sumió en la tristeza y ante la que estuvo totalmente indefenso. No se investigó la canallada, ni se persiguió a los culpables.
Al contrario que en la película, en donde hay alguien que defiende la ley, en España existe la impunidad según para quién.
Es urgente que la Justicia sea totalmente independiente en España. Si no hay Justicia, tampoco se puede hablar de democracia, y si la Justicia no es independiente más vale que se le cambie el nombre por otro que podría ser Departamento del Orden.
Pero no es probable que los políticos accedan a independizar a la Justicia, dándole por ley los medios y el presupuesto que necesita, porque esto podría significar el fin de la impunidad para muchos de ellos.
Pero con una Justicia digna de ese nombre Marino Barbero no hubiera estado solo y tampoco nadie se hubiera atrevido a hacerle lo que le hicieron.


 

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Aminetu Haidar

El patético rey de Marruecos, cada vez más impaciente, ha optado por expulsar de su casa a la que es conocida como la Gandhi Sarahaui, la valiente Aminetu Haidar. ¿Qué es lo que estará haciendo además de eso? La prepotencia es propia de cobardes, seres gallináceos que picotean sin piedad. El valor, ya lo dijo Julián Marías, es la mejor de las cualidades humanas.
En este mundo lleno de personas grandilocuentes, que parece que hayan venido al mundo a explicar lo que hay que hacer para erradicar la injusticia, una mujer surgida del más humilde de los pueblos ha de hacer huelga de hambre para defender sus derechos. Hay que recordar que Peter Van Walsum, el anterior enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, reconoció que la legalidad internacional está del lado del Polisario, pero advirtió de que el Sáhara no tiene fuerza para defender su derecho. Eso es vergonzoso para Estados Unidos, para Francia y para España y para las demás naciones en general.
Para España la vergüenza es doble, porque fue la potencia colonizadora y la que abandonó el territorio, dejándolo a merced de los depredadores, después de no haberle prodigado los cuidados que merecía. En España es en donde está haciendo la huelga de hambre Aminetu Haidar. No tiene ni punto de comparación esta huelga de hambre con la de De Juana, que no tenía ninguna justificación para hacerla y, sin embargo, se tuvieron demasiadas consideraciones con él. A Aminetu Haidar el gobierno español intenta tomarle el pelo, no vaya a ser que se enfade Mohamed y monte cualquier cirio de los que acostumbra.
Sería injusto olvidar, ya que se habla del papel de España en el asunto, que hay un partido español,
UPyD, que está de parte de la razón y la justicia, lo que redime al pueblo español en la medida en que sepa agradecer el detalle.

'Muerte entre poetas'
'Refranes de nuestra vida'
'Tirante el Blanco contado a los niños'
'Esperando a Robert Capa'
'Pan'
'Suárez y el Rey'
'La rosa escondida'
'Una mañana perdida'

viernes, 3 de abril de 2009

El poder del narcotráfico

La difusión universal de la droga y la aceptación social del aborto, fueron las dos mayores catástrofes del siglo XX para Julián Marías. Ambas cosas originadas por el egoísmo, esa amenaza siempre latente.
El narcotráfico está teóricamente muy perseguido, se intenta denodadamente impedir el blanqueo del dinero. Sin embargo, la droga mueve más dinero cada vez. Cabe pensar que con las campañas para perseguir el blanqueo, o con las propias investigaciones policiales, los grandes narcotraficantes que se capturan son, como mucho, de cuarta o quinta fila. El dinero de la droga llega perfectamente blanqueado y listo para hacer de las suyas.
El dinero del narcotráfico podría perfectamente desestabilizar cualquier país, con lo cual la lucha la droga puede consistir perfectamente en hacer como que hacen. Resulta peligroso soliviantar a quienes se enriquecen mediante la destrucción de millones de vidas.
Ese hacer como que se hace, ese hacer como que se vigila es lo que ha propiciado la crisis. Sólo puede achacarse al egoísmo el hecho de que haya una serie de paraísos fiscales en los que se refugia el dinero obtenido fraudulentamente, para luego conveniente disfrazado con ropajes honorables siga comportándose de forma absolutamente egoísta, condicionando la política del mundo entero.
Ahora se dice que se va a acabar con esos paraísos fiscales, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Si realmente ocurriera así, podría decirse que la crisis ha valido la pena. Pero el hecho de que desaparezcan estos centros operativos del dinero fraudulento no significa que ya esté todo hecho. Seguro que los grandes capitalistas del narcotráfico, encuentran en las empresas legales de su propiedad el modo de camuflar y vestir con los ropajes de la inocencia a “su” dinero, nacido de la desgracia de muchos. Pero si se legalizara la droga aun tendríamos que soportar que se condecorara a estos tipos.

domingo, 22 de marzo de 2009

El lince

Aunque es suficientemente sabido, no está de más recordar que para Julián Marías los dos grandes males del siglo XX fueron la aceptación social del aborto y la popularización de las drogas. En lo que a mí respecta, ya he explicado algunas veces que la legalización del aborto fomenta el egoísmo y establece la preponderancia del fuerte sobre el débil.
Por otro lado, no queda más remedio que reconocer que para algunas mujeres, que inesperadamente se han quedado embarazadas, resulta totalmente imposible, o al menos ellas lo ven así, criar al hijo que esperan. La sociedad es inmadura, tiene muchas carencias, y no puede resolver este problema. Por mucho que duela un aborto, no se puede criticar que una mujer en estas condiciones lo haga. Más difícil es comprender cuando se produce por motivos caprichosos o egoístas. Sin embargo, vivimos en un mundo caprichoso y egoísta. Las mujeres que lo pueden pagar, abortan; si no puede ser en un sitio buscan otro. Las que no pueden pagar, a veces arriesgan sus vidas.
Hay que luchar contra el aborto y el camino es largo. Pero esta lucha debe llevarse a cabo con realismo. Esto significa que los esfuerzos deben estar dirigidos a mejorar la sociedad, cada uno en aquello en lo que pueda. Cada uno debe intentar ser mejor persona, menos egoísta, más preocupado por el prójimo. Quienes dicen estar en contra del aborto deben demostrar que quienes ya han nacido les interesan tanto como quienes están por nacer.
La campaña del lince, sin embargo, no tiene nada que ver con eso. No intenta convencer a nadie, puesto que el mensaje, tan simplificador y fuera de sitio, no puede ser tomado como un argumento. Lo que pretende esa campaña, a todas luces, es producir un impacto emocional en los ya convencidos. Probablemente, para que no se pasen al otro bando. Quienes la lanzan demuestran tener muy poca fe en ellos. Y poco respeto.

domingo, 8 de marzo de 2009

Bibiana Aído y el aborto

No queda más remedio, por muy doloroso que resulte, que reconocer que nuestro presidente es un grandísimo irresponsable. Y lo es en todas y cada una de las cosas que hace o dice. Es cierto que algunas de las cosas que ha hecho están bien, pero es que es imposible hacerlo todo mal.
Hoy, Día de la Mujer, es un buen día para decir que el nombramiento de Bibiana Aído como ministra es una broma de muy mal gusto. Como en España está mal visto disentir y dado que Zapatero está de acuerdo con la demencial ley que permitirá que las menores de edad puedan abortar sin el consentimiento de sus padres, ningún ministro se ha atrevido a criticar la propuesta. Sin duda porque saben que hacerlo equivale a dimitir.
Cuando se habla del aborto conviene recordar que su aceptación social fue para Julián Marías una de las dos grandes catástrofes del siglo XX, en el que tantas hubo. El aborto no es algo irrelevante, sino una cuestión que conviene examinar con mucho cuidado. Es cierto que para algunas mujeres el hecho de quedarse embarazadas supone un problema irresoluble. No se le puede reprochar a una mujer que aborte si no se le habían proporcionado antes los medios para que pudiera sacar adelante a la criatura que esperaba, y conservar al mismo tiempo las expectativas que tenía antes de quedarse embarazada. Nuestra sociedad no es modélica y, por tanto, no puede exigir un comportamiento exacto a nadie.
Pero que se comprenda que algunas mujeres se ven abocadas a abortar, por puro instinto de supervivencia no significa que haya que olvidar que el embrión sea el menos culpable de todos los intervinientes y el más débil y desprotegido. Si se fomenta el egoísmo y se permite que el fuerte prevalezca sobre el débil, la sociedad lo acabará pagando.
Dice la ministra, refiriéndose a las menores de 18 años que pretendan abortar, que confía en la madurez, preparación y responsabilidad de los jóvenes españoles. Y no explica en qué se basa para suponer esa madurez generalizada en la juventud española. Puesto que no ha dicho que la madurez la demostrarían si decidieran contar no sólo con sus padres de ellas, sino también con el de la criatura que esperan, cabe pensar que se trata de una ley oportunista, creada para hacer ruido, desconcertar a todos y hacer olvidar la crisis, ésa que el gobierno no sabe manejar.

viernes, 2 de enero de 2009

Pepiño es contrario al aborto

No sabe Pepiño el peso que nos ha quitado de encima al explicar de forma tan tajante que él es contrario al aborto. Pensará que ahora ya podemos estar tranquilos y confiar en lo que haga, dada su buena fe. Dice que el aborto es una situación excepcional. Por otro lado, no he visto ninguna explicación sobre el asunto en su cuaderno. Debe de considerar que con haberlo afirmado ya es suficiente.
Después de aquello dice que su voto es favorable al aborto porque esa es la vía para proteger los derechos de las madres y de los profesionales de la medicina. Afirmaciones para las que tampoco da ninguna explicación, pero es que la puede dar. Pero, además, al decir que quiere proteger los derechos de las madres contradice de lleno su afirmación de que es contrario al aborto.
Una cosa es que comprenda que algunas mujeres, dadas sus circunstancias y el carácter egoísta de nuestra sociedad, decidan abortar, ya que en modo alguno se ven capaces de sacar a su hijo adelante. Pero reconocer que el aborto es un derecho y no una solución desesperada es un paso más. Pepiño, a estas alturas, no puede engañar a nadie.
Ignoro en qué momento la ley reconoce al futuro ser su condición de persona, ni tampoco sé cuando lo hace la filosofía. Pero sí sé que en el momento en que un ser es concebido tiene características propias e irrepetibles. También sé que es el ser más inocente y la parte más débil de cuantas intervienen en el proceso. Fomentar el egoísmo no parece una medida positiva para la humanidad, por mucho que quienes lo hacen se llamen a sí mismos progresistas.
Ser engendrado es mucho más difícil que acertar en cualquier lotería, con la diferencia de que a la lotería se juega, mientras que quien es engendrado no ha pedido serlo. Ser engendrado es algo grandioso, algo cuya magnitud no es tenida en cuenta. Pero el embrión se apresta a vivir, necesita y merece todo tipo de apoyos –y esos apoyos constituyen el germen de la dignidad humana-, y resulta que en lugar de eso, son numerosos los peligros que se ciernen ya sobre él.
En una sociedad que acepta el aborto quienes nacen no cuentan con un amor incondicional, ni de sus padres ni de nadie, sino que son fruto de las conveniencias. Esto, como es natural, repercute en todos. La gente en estas condiciones no puede ser igual de confiada. Con razón, para Julián Marías, la aceptación social del aborto es una de las dos mayores catástrofes del siglo XX.

miércoles, 31 de diciembre de 2008

La libertad, al fin

Dentro de unas pocas horas el horrible 2008 nos va a librar de su yugo, desaparecerá y con ello podremos volver a soñar. Es cierto que se dice que el 2009 será peor, pero eso no lo sabe nadie. Es bueno que seamos precavidos, pero de ahí a dar por sentado que el nuevo año va a ser catastrófico hay un abismo. De lo que sí hemos de ser conscientes es de que la salida de la crisis se ha producir mediante el esfuerzo colectivo, la confianza en los demás, el afán solidario.
Pero no todo lo que nos ha traído el año 2008 ha sido malo. Ana María Matute, por ejemplo, ha publicado una nueva novela, Paraíso inhabitado, y eso siempre es una grata noticia. Con motivo de la presentación del libro ha dicho “Si los demás te rechazan la primera regla es inventarte un mundo.” Julián Marías ya habló con todo lujo de detalles del “rencor contra la excelencia”, con lo que no resulta tan extraño que a Ana María Matute le hayan ocurrido esas cosas. Y tampoco cabe ninguna duda de que quienes la rechazaron son Ancio, Bancio, Cancio, Dancio, Ercio y Furcio, los hijos de la condesa Soez.
Al hilo de las declaraciones de Ana María Matute, resulta muy apropiado citar a otra gran dama, Audrey Hepburn, que dijo algo tan maravilloso como esto:

"La gente, más que las cosas,

tiene derecho

a ser restablecida, revivida, reivindicada y redimida.

Nunca rechaces, ni deseches a nadie."


Extraído de web de Marina Parés Soliva, esa infatigable luchadora contra el acoso moral en el trabajo. De modo que siempre hay un motivo para soñar, personas en las que creer, espíritus exquisitos que nos hacen amar la vida y nos inducen a luchar por un mundo mejor.
De modo que el año 2009 será lo que dejemos que sea. Si todos, o por lo menos los de costumbre, ponemos nuestro empeño, podemos salir de la crisis mucho antes de lo anunciado. Si hablamos del carro, tan de moda, sería bueno, puesto que va tan cargado de gente que no se quiere bajar, procurar apartar a los de debajo, antes de comenzar a empujar.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Javier Marías y los insultos en internet

Hace unas fechas, en La zona fantasma, Javier Marías dijo que por primera vez en su vida, o casi, estuvo navegando por internet. Lo que ocurre es que tal y como lo cuenta supo ir al grano, lo que da que pensar en que probablemente su navegación fue guiada. Puesto que su veredicto final es negativo, el título del artículo –Una región ocultamente furibunda- ya lo anuncia, quizá no esté de más hacer algunas consideraciones.
Podría haberse esperado en un principio que la gente aprovechase las posibilidades que ofrece el anonimato para comportarse de modo similar al de los héroes que aplaude en el cine. El anonimato permite hacerlo sin riesgo, pues no obliga a llegar hasta el final. No obstante, lo que se ve en internet es lo mismo que hay en la vida real. Nada nuevo entonces.
Javier Marías es un hombre con una inteligencia muy aguda, que además ha disfrutado de unos padres muy estimulantes, una casa repleta de libros y una posición social relevante. Todo lo cual garantiza el estar, pero no el ser. La diferencia entre ser y estar no es baladí. Julián Marías, y estas son buenas fechas para recordarlo, explicó que “el rencor contra la excelencia” es odio contra lo real, contra lo que “es”.
Para ser no es necesario tener una gran inteligencia, ni unos vastos conocimientos, sino que basta con quererlo y poner el empeño en lograrlo. Puesto que los Marías son tan aficionados al cine, y ambos han escrito páginas memorables sobre él, yo pondría como ejemplo de alguien que es, aunque sea un personaje de ficción, a Holly Golightly, la protagonista de Desayuno con diamantes.
Quien no “es”, no lo es en ningún sitio, ni en la vida real, en la que su ambición se reduce a querer estar, ni en internet, en donde no tiene reparos en insultar valiéndose del anonimato, ni en verter cizaña, o en cualquiera de los múltiples modos de hacer maldades que existen.
Pero debería saber Javier Marías que hay mucha gente que sabe aprovechar las posibilidades que ofrece internet.

sábado, 1 de noviembre de 2008

El escenario, según Vila-Matas

En Dietario voluble, de Enrique Vila-Matas, figura el siguiente texto:
(…)
Así es, si así nos parece. El mundo es una ilusión, un escenario en el que todos tenemos frases que decir y un papel que representar. Cierta clase de actores, al reconocer que están en una obra, seguirán actuando a pesar de todo; otra clase de actores, escandalizados de descubrir que están participando en una mascarada, tratarán de irse del escenario y de la obra. Los segundos se equivocan. Se equivocan porque fuera del teatro no hay nada, ninguna vida alternativa a la que uno pueda incorporarse. (…)
A primera vista, parecería que las cosas no pueden ser de este modo, puesto que si los actores están representando una ficción, ésta necesariamente ha de superponerse a la realidad. Por tanto, necesariamente ha de haber una vida alternativa a la que incorporarse. Aun en el supuesto de que la totalidad de los personajes estuviera interpretando, esa vida alternativa estaría ahí, latente. Bastaría con que alguien dejara de representar para que se tornara real.
Sin embargo, las cosas no son tan fáciles. Para que alguien deje de representar un papel y actúe como quien realmente es necesita saber “quién es”. Mientras uno no sabe quién es realmente no tiene más remedio que actuar como quién cree ser. Y eso en el caso de que tenga arrestos y trate de “ser”. De no ser así, se tendrá que conformar con el papel que le toque en la rifa del gran teatro del mundo.
Según se resume en Dietario voluble, Enrique Prochazka escribió la novela Casa, que estoy deseando leer, cuyo argumento consiste precisamente en que un arquitecto que ha perdido la memoria trata de averiguar quién es a partir de la inusual casa en la que vive, que diseñó él mismo.
Tal vez sea conveniente rememorar aquella recomendación de Julián Marías en la que decía que era conveniente tener una o dos figuras históricas para tratar de emularlas. Entonces, ya no se trata de saber quién es uno, sino de intentar ser como se quiere.

jueves, 16 de octubre de 2008

Barco abortista en Valencia

Ante la llegada del barco abortista a Valencia conviene aclarar que no se trata de una cuestión ligera, sino que conlleva un trasfondo importante. Tanto que para Julián Marías su aceptación social es una de las dos grandes catástrofes del siglo XX. Si se examina la cuestión fríamente, salta inmediatamente a la vista que el ser concebido no tiene ninguna culpa. Ni ha elegido que lo conciban, ni tiene ninguna posibilidad de sobrevivir sin ayuda. Y una vez concebido, tiene unas características únicas e irrepetibles. En caso de nacer, tiene la posibilidad de intentar ser una bellísima persona, aunque también puede sucumbir y quedarse en la oprobiosa ruindad. Pero nadie lo puede intentar por él.
Vivimos en un mundo tremendamente injusto, con desigualdad de oportunidades, con un gran número de jugadores de ventaja y otro igual de grande de irresponsables. Mueren de hambre a diario niños y mayores, y otros no comen lo suficiente. Hay niños que trabajan y multinacionales que se instalan en sitios donde los niños trabajan. Y hay mayores que trabajan en condiciones penosas.
En una sociedad de estas características, una mujer que se haya quedado embarazada puede encontrarse con grandes problemas en el futuro. De modo que esta sociedad, puesto que no sabe proporcionarle unas condiciones de vida adecuada, como tampoco lo sabe hacer con una gran cantidad de gente, le permite que aborte. Pero conviene distinguir cuando se aborta atendiendo al instinto de supervivencia, que cuando se hace por capricho. Cuando una mujer puede hacerse cargo del hijo y previamente ha tenido toda la información y todas posibilidades de evitar el embarazo, y decide abortar, se entra de lleno en la catástrofe que señala Julián Marías.
Permitir el aborto indiscriminado, en cualquier momento del embarazo, es lo mismo que dar preponderancia al fuerte sobre el débil; equivale a institucionalizar el egoísmo, que es la mayor de las maldiciones. Fomentar la aceptación del aborto y su uso generalizado es ir en contra del género humano. El egoísmo es lo que ha propiciado la gran crisis que padecemos, en la que todavía hay algunos que intentan sacar provecho. Fomentar el sentido de la responsabilidad sería más sensato.
'Don Juan Tenorio'

lunes, 6 de octubre de 2008

El esperma de los españoles

Desmond Morris, en El mono desnudo, hace una serie de deducciones muy interesantes y llenas de lógica, que expone a la consideración pública. Una de esas conjeturas viene a ser la de que una persona enferma cuando necesita cariño. Es en esas ocasiones cuando a uno le llevan calditos a la cama y lo tratan con más mimos que de costumbre. Eso, al menos, es lo que me parece recordar que dice el libro. No lo he comprobado porque si no dice eso exactamente, dice algo parecido.
Es decir, su teoría viene a suponer que nuestro psiquismo y nuestras expectativas influyen en nuestra salud corporal. Algo similar ocurre con la clase médica, que busca levantar el estado de ánimo de los pacientes, pues considera que el optimismo ayuda en la curación de las enfermedades.
Siguiendo ese modo de pensar, se puede inferir que en nuestros días hay poca ilusión por la vida y también mucho temor por la vida que puedan llevar los posibles hijos. En épocas en las que a pesar de que la vida pudiera ser difícil, o incluso penosa, la gente podía soñar y quizá era por eso por lo que nacían muchos niños. Hoy en día se busca la satisfacción inmediata, todo el mundo se cree con derecho a todo, a la fama y al lujo, y esto al final sabe a poco. Si todo lo que da la vida de sí es esto, es lógico que el personal se desilusione.
Acaso, al final, la culpa de todo la tenga el sistema educativo español. Debería enseñarse a los jóvenes a marcarse metas elevadas, a elegir figuras históricas como modelos a los que imitar, como sugería Julián Marías, creo que con enorme acierto, y a no buscar los éxitos fáciles, sino acostumbrarlos a marchar por la senda del esfuerzo y el sacrificio. Sólo lo que se obtiene de este modo se disfruta plenamente. Es entonces cuando la vida alcanza sabor y se piensa que merece la pena.

lunes, 7 de julio de 2008

Acerca del Congreso del PSOE

No queda más remedio que repetir que ningún partido político español está exento de culpa en lo que a la crisis en la que está inmersa España se refiere. Es cierto que la crisis se originó fuera de España, pero no lo es menos que las políticas que se llevaban a cabo en nuestro país no preveían en ninguno de los casos que se pudiera originar situación catastrófica. La que tenemos no es moco de pavo, algunos ya no levantarán cabeza jamás. De modo que una situación como la que sufrimos debería haber llevado a los políticos a tratar de actuar con cordura y mostrar a los ciudadanos su cara más responsable, tratando de buscar entre todos la mejor forma de sortear la crisis.
La cuestión es que en ese Congreso del PSOE, en el que nadie se ha atrevido a manifestar ninguna discrepancia, se ha buscado hacer más grande la brecha entre los españoles, no ya entre el PP y el PSOE. Bonita manera de enfrentar la crisis. Tiene el PSOE la intención de dar unas facilidades para abortar mucho más amplias que las que rigen en la actualidad. Algún ginecólogo ha dicho que vendrán oleadas de mujeres a abortar a España. Julián Marías dijo que una de las dos peores cosas que ocurrieron en el siglo XX es la aceptación social del aborto. Ya no se trata de comprender a aquellas mujeres a las que les resulta sumamente difícil criar un hijo que ha concebido inesperadamente, sino que ya se da rienda suelta al aborto caprichoso, a la condena del inocente que no tiene ninguna culpa. Al final queda patente el desprecio de Zapatero por los débiles, a los que deja en manos de los fuertes. Las palabras sirven a menudo para enmascarar los actos y así lo egoísta puede hacerse pasar por solidario.
En cuanto a la economía, Zapatero exhortó a todos a tener confianza en sí mismos para salir de la crisis, no sé cómo recibirá esto alguien que acabe de ingresar en el paro y tenga ante sí la cuota de la hipoteca. También habló de economía de izquierdas, pero eso debería proponerlo en las discusiones por los pactos para salir de la crisis, pactos que a la vista de lo sucedido en su congreso no desea.

lunes, 26 de mayo de 2008

Mobbing en la Guardia Civil

Suelo tener a mano el poemario “Por una sonrisa”, de Carmen Valencia, editado por March Editor. También otros libros de poesía, claro. Pienso que si la gente leyera, al menos, uno o dos poemas diarios, sería mucho menor el número de bestias que participaría en las acciones de acoso moral que se llevan a cabo en el territorio nacional.
En el caso concreto de la Guardia Civil, o recuerdo quien me ha avisado de que en la web
http://www.guardiasciviles.com, hay un artículo firmado por Manuel Illera, en el que se cuentan algunas de las cosas que, sobre este particular, ocurren en los cuarteles.
Para Julián Marías la cualidad más importante es el valor y valor es precisamente lo que necesita la guardia civil. Por el contrario, quienes practican el acoso moral son seres cobardes, envilecidos. Debería erradicarse en el cuerpo cualquier asomo de esta práctica inmoral, en sus mismos inicios. Son tan peligrosas las funciones que tiene encomendadas la Benemérita que es absolutamente necesario que sus componentes tengan la moral muy alta y absoluta seguridad en sus compañeros y jefes.
Siguiendo con la saga de los Marías, Javier escribió no hace mucho que si le tocara asistir al linchamiento de alguien al que personalmente detestara inmediatamente se pondría de su parte. Los linchamientos de cualquier tipo están absolutamente fuera de lugar.
La Guardia Civil precisa estar compuesta por personas valientes, desprendidas y cabales, capaces de discernir y de saber hasta dónde se puede llegar. Las personas humilladas y acobardadas sufren una gran merma en su capacidad.
Los mandos de la Benemérita deberían cultivar su nobleza de espíritu y transmitirla a sus subordinados. Deberían tratar de evitar en lo posible actitudes cobardes y saber vencer esos bajos instintos que llevan a abusar de quienes no se pueden defender. Algo totalmente contrario al espíritu del Cuerpo.
Tampoco estaría de más que se permitiese algún tipo de asociación o sindicato, que otorgara algún tipo de amparo o seguridad a los guardias. No deberían estar a merced de cualquier depravado con mayor graduación.

lunes, 28 de abril de 2008

Javier y Julián Marías

Escribe Javier Marías, en su blog, un artículo titulado Un poco de memoria histórica, En el que da cuenta de algo que hicieron a su padre ciertos personajes y que éste ya había contado en sus memorias, aunque sin dar nombres. Nunca fue su deseo decirlos, según confirma el propio Javier, que por su parte, sí quiere que sean conocidos.
Recuerdo uno de los pocos artículos que escribió Antonio Muñoz Molina, en el Semanal, cuando sustituyó precisamente a Javier Marías, hasta que a su vez fue sustituido por José Manuel de Prada. Contaba AMM los casos de tres víctimas que muchos años después recordaban con nitidez las atrocidades que habían sufrido, aunque no tenían ninguna posibilidad ni tampoco ningún deseo de vengarse. La conclusión del artículo era que las víctimas siempre recuerdan lo que se les ha hecho.
Yo me atrevería a decir que con posterioridad es probable que Julián Marías recibiera otras afrentas homologables a las señaladas; los resultados no serían iguales, pero la intención de hacer daño pudo incluso ser mayor. Y lo digo sin haber conocido jamás al ilustre filósofo. En mi opinión, no es necesario ir tan atrás en el tiempo para tener noticia de las atrocidades. En nuestros días se cometen sin cesar y la mayor parte de las veces con total impunidad.
Goethe explicó que la más cruel de las venganzas consiste en no vengarse. En este sentido, la postura de Julián Marías consistente en no revelar los nombres de los infames puede entenderse como una negativa a reconocerles su derecho a existir. Una vez hecho el mal y dando por seguro, como no podía ser de otra manera, que la fechoría iba a quedar impune, iba a escocer más a los fulanos que se contara el suceso de una forma superficial, simplemente para que quede constancia.
Los verdugos tienden a minimizar y olvidar sus hechos, sin duda porque el recuerdo les resulta molesto. Las víctimas guardan memoria nítida, porque el sufrimiento ennoblece. Hay que dejar, pues, que los primeros olviden. Y así, al final, su memoria estará totalmente vacía.