domingo, 19 de octubre de 2014

La lucha de Laura Martín

Hay personas que matan. Destrozan vidas, liquidan ilusiones, hunden familias. Matan y no les importan las consecuencias de sus actos. Cuando lo hacen porque cumplen órdenes todavía les afectan menos. Como tantas otras personas, creen en la impunidad. Quienes dan las fatídicas órdenes también suelen dar luego lecciones de ética y de moral.
El 24 de julio de 1987 fue asesinado Juan Carlos García Goena. El atentado fue reivindicado por los GAL. Al ser una víctima de esta banda recayó, además, sobre su nombre un estigma: el de su posible pertenencia a ETA. Son muchos los que creen en este vínculo.
García Goena dejó viuda, dos hijas y una tercera en camino. La viuda es Laura Martín, que actualmente es la vicepresidenta de Covite, esa asociación ejemplar que defiende la dignidad de todos los españoles. Su último acto ha consistido en poner una placa en donde el ayuntamiento que tenía la obligación. El ayuntamiento es el de San Sebastián y está gobernado por Bildu. Entre esos de Bildu y yo hay algo personal.
Laura Martín es una viuda ejemplar. Otras personas viudas rehacen sus vidas y tienen tendencia a olvidar aquello que les acarrea alguna dificultad. Laura Martín tiene el empeño de lograr que el asesinato de su marido no quede impune. Juan Carlos García Goena se fue a vivir a Hendaya para no hacer el servicio militar. El simple hecho de vivir en Hendaya sirvió para que los asesinos del GAL le tuvieran por etarra.
Los ciudadanos pagamos impuestos para que el Estado lleve a cabo ciertas tareas que procuran nuestro bienestar. Una de esas tareas es perseguir a los asesinos. Pero da la impresión de que no la hace, puesto que hay alrededor de 400 crímenes de ETA sin resolver y unos cuantos del GAL, entre ellos el de García Goena. Laura Martín busca pruebas por su cuenta.
 
 

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