Teresa Romero no tiene la culpa

Una persona se debate entre la vida y la muerte a causa de la ineptitud e imprevisión de algunos personajes y éstos, en lugar de reconocer su error y dimitir de sus cargos, en señal de respeto a los ciudadanos que les pagan sus sueldos, insisten en culpar a la enferma.

Eluden toda responsabilidad con lo que demuestran que son unos irresponsables y se entiende que la gente tenga temor a ponerse bajo sus órdenes. Unos irresponsables nunca pueden inspirar confianza.

Teresa Romero puede haber cometido algún error, e incluso más de uno. Pero quienes acertadamente decidieron traer a España a los infectados por el ébola tenían la obligación de saber lo que hacían. Y debían saber también que tienen la obligación de proteger al personal sanitario que entre en contacto con los enfermos ¡ncluso de sí mismos. Ya que en su intento de salvar a otras personas las ponía en peligro, debió ejercer una vigilancia exhaustiva, en previsión de que fallara algo. Y no es que haya fallado algo, ha habido una serie de errores encadenados, quizá alguno de la propia enferma, y también de ese error de ella es culpable quien estaba al mando de las operaciones, presumiblemente el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

Me parece lamentable que se utlice este lamentable asunto para fomentar el odio al PP (el odio siempre es malo), por más que este partido se empeñe en dispararse al pie. Me parece nauseabundo que el impresentable Consejero de Sanidad de Cataluña, al que se le mueren por legionela, haga chistes sobre este asunto, pero me parece adecuado que en los Parlamentos pertinentes se trate con la severidad que merecen a los responsables de todo esto.

Tengo a Rajoy por uno de los muchos políticos profesionales que pululan por España. Es decir, le importa más su carrera política que los ciudadanos. Y ahí está, esperando, sin hacer nada a que escampe. Prefiere quedar bien con las personas a las que debería destituir que con quienes le pagan el sueldo.

'Teoría General de la Evolución Condicionada de la Vida'
'Escucho otra Cadencia en mi Memoria'
'Dos veces bueno'
'Cantar de Mío Cid'
'Mauthausen, después'
'Citileaks: los españolistas de la plaza real'
'Yo, Lope de Aguirre, rebelde hasta la muerte'
'Molestia Aparte'