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jueves, 14 de marzo de 2019

Perverso Feijóo

El interés del ciudadano, aunque muy a menudo no se dé cuenta, consiste en que los asuntos del país en que vive sean tratados de acuerdo con unos principios morales irreprochables y que se procure mantener, mejorar o ampliar lo que se viene conociendo el Estado del Bienestar.
Todo lo que vaya en contra de estos propósitos básicos es un fraude o un engaño. En este sentido hay que recordar que las lenguas no pueden tener derechos. Los padres de la Constitución cometieron el gravísimo error, entre otros, de incluir a la lengua española en la ley suprema, lo que ha dado pie a que los gobiernos regionales hagan lo propio introduciendo sus lenguas o dialectos en sus Estatutos. Abusivo es el caso del dialecto catalán que se inventó Pompeyo Fabra.
Las lenguas, y los dialectos, no tienen derechos, pero sí vida propia, en la medida en que los ciudadanos decidan, libremente, utilizarlas. En el momento en que se fuerza o se obliga al personal generalmente ocurre lo contrario de lo que desean los promotores de la obligación. Es por eso que todo esfuerzo hecho y todo el dinero gastado con ese motivo es baldío. Otra cuestión es que se subvencione a quienes libremente y sin más motivo que su gusto deseen aprender o profundizar en el conocimiento de la lengua vernácula del lugar. En este caso sí que merece la pena todo.
Feijóo se ha dejado contagiar por la peste de nuestro tiempo, que es el nacionalismo y que nunca servirá para nada bueno. Para lo que sí que ha servido hasta el momento es para hacer el mal. Feijóo debería fijarse en ese Beirás que tiene por ahí cerca y hacer todo lo contrario de lo que él propone, en la seguridad de que por esa vía servirá correctamente a los ciudadanos.

sábado, 9 de mayo de 2015

Dicen que el catalán gana al castellano

Se refieren a la venta de libros en San Jorge, en la que se vendieron más libros en catalán que en español. Dicen mal, porque las lenguas no están en pugna, sino que sirven para que las gentes se comuniquen unas con otras.
Tampoco importa en qué lengua se lee, sino que se lea. Lo cierto es que la cultura se desarrolla en libertad. En donde imperan las imposiciones y las coacciones retrocede. Los medios que han dado la noticia de esta supuesta victoria del catalán sobre el español en Barcelona ilustran la misma con una foto en la que se ve a unos señores brindando con cava por el hecho. Quizá el cava no fuera Freixenet. El hecho de brindar por algo tan estúpido tiene un nombre.
Se me viene a la mente el caso de aquel gobierno autonómico que daba la publicidad institucional al periódico de mayor tirada, pero que cada día compraba el número de ejemplares de este medio en número suficiente para que se diera este requisito.
Es un error que la Constitución señale una lengua oficial y además dé pie a que los Estatutos de Autonomía también reconozcan otras lenguas oficiales, porque de ahí se han derivado muchos abusos y cuantiosos derroches. No debería ninguna lengua oficial y cada cual debería poder usar la que se le antojara, sin más límites que los que impone la educación. Quien se suma a una conversación debe usar la lengua que estén usando los demás. En un grupo en el que todos dominen dos o más lenguas deberían pactar previamente cuál de todas iban a usar, pero tampoco debería darse demasiada importancia a este punto. Cualquier colegio debería ser la libre para ofrecer la enseñanza en la lengua o lenguas que quisiera. Los centros de enseñanza pública deberían ser capaces de ofrecer la enseñanza en las lenguas que demandaran los alumnos. Y así sucesivamente.

sábado, 19 de abril de 2014

El euskera languidece

Según una encuesta del propio gobierno vasco, a pesar de que crece el número de personas que entiende y habla el euskera, decrece el de quienes lo hablan con regularidad.
El hecho de que haya crecido el número de personas que lo entiende y habla se debe a la presión de los nacionalistas, y ya se sabe que la democracia puede soportar o consentir la presión, pero eso no significa que la presión tenga algo que ver con la democracia. Más bien, puede decirse que quienes se sirven de ella abusan de la democracia.
La función de las lenguas consiste en servir para que las personas puedan comunicarse. Y la función de los políticos consiste en servir a la sociedad. Tienen la misión de gestionar los recursos de que disponen. Pero como resulta que en España llevamos tantos siglos de absolutismos y dictaduras los políticos están acostumbrados a mandar y los ciudadanos a obedecer. Así que los políticos en lugar de poner a disposición de los ciudadanos los medios para que vivan mejor, los obligan a pasar por el aro. Y los ciudadanos obedecen y aprenden el euskera. Y llaman fascistas a los demócratas.
El gobierno vasco debería recapacitar y darse cuenta de que todo el dinero gastado en obligar a los ciudadanos a aprender euskera podría haberse empleado en cosas más productivas. Y de que el esfuerzo que han hecho los estudiantes del euskera es poco menos que baldío.
Democrático sería dar alicientes para que la gente, voluntariamente, estudie esta lengua tan antigua. Lo que se hace voluntariamente se hace mejor.
No obstante, la intención del gobierno vasco dista mucho de optar por la vía democrática. Cabe predecir, con escaso margen de error, que su intención es la de mejorar las 'estrategias' para obligar a la gente a usar el euskera. O sea que aumentará la presión.

'El eco de la palabra'

domingo, 23 de diciembre de 2012

Dicen que Wert deja en desventaja al valenciano

Qué pena me da ver al valenciano llorando y gimiendo. Las lenguas no lloran, ni tampoco gimen, me ha dicho uno que me ha escuchado. Las lenguas son como las escobas o los coches, por ejemplo; instrumentos al servicio de las personas.
Y, entonces, ¿de qué se queja la Universidad valenciana?, pregunto yo. ¿Por quién tiene que velar la Universidad, por los alumnos o por los instrumentos?
En Estados Unidos, país en el que el dinero de los impuestos es sagrado y basta con pedir cualquier factura a un organismo oficial para que sea mostrada de inmediato, no hay ningún idioma oficial. En cambio, en España, país en el que las facturas de la Administración no se muestran, hay muchos idiomas oficiales. La conclusión es obvia. Estados Unidos es un país con larga tradición democrática y España es un país en el que nos dicen que hay democracia y algunos se lo creen, pero que está lleno de dictadores que gustan de imponer cosas a los demás y encima dicen que nos hacen un favor y también hay gente que se cree esto.
No es un favor que se empleen dinero de los impuestos y energías en imponer algo a los niños (el mayor tesoro de un país) que en el futuro no servirá para nada a la mayoría de ellos.
Me parece muy bien, e incluso de suma importancia, que se protejan algunas costumbres, no todas, y las lenguas vernáculas, pero de que se protejan a que se impongan va un trecho muy largo.
Se puede proteger una lengua otorgando algún tipo de premio a quienes la elijan y la estudien con aprovechamiento.
Creo que cada alumno, o sus padres mientras no llegara a una determinada edad, debería tener libertad para elegir dos lenguas, como mínimo, de entre las que tuviera en oferta su centro, para sus estudios.

'Los penúltimos días'
'Pícaros, ninfas y rufianes'
'Los desorientados'
'Anécdotas de la Historia'
'La Biblia contada a los niños'
'¿Estás bien?'
'Imagino historias fantásticas'
'Las fabulosas aventuras del caballero Zifar'


miércoles, 5 de diciembre de 2012

El director de La Vanguardia hace el ridículo

No sé si será muy dura la tarea de ajustarse a lo políticamente correcto, que de lugar a lugar da la impresión de que cambia, aunque en realidad siempre es lo mismo. Para mí, desde luego que sería tarea imposible.
Un periódico que no sea libre y totalmente independiente del poder ni siquiera debería llamarse periódico. Un periódico que dependa de algún poder debería llamarse órgano propagandístico de tal o cual. También hay periódicos que cuando el poder no lo ocupa su partido favorito van a joder al que lo tiene, no a criticar lo que le parece mal o informar de lo que hace, pero eso es otra historia.
En España no hay periódicos libres, ni independientes, por más que quieran hacernos creer lo contrario. Se ve a la legua que todos dependen de unos poderes u otros. Y dentro de los periódicos españoles, los más sujetos de todos a una servidumbre parecen ser los catalanes, puesto que hacen editoriales conjuntos, etc.
Algunos de sus columnistas, que tienen madera para sobresalir sobre el resto, dan pena. Y la dan porque se empeñan en hacer creer que el agua es vino, o porque son capaces de poner a caldo a los presidentes del gobierno de España, pero a los de Cataluña ni los tocan, a pesar de las buenas piezas que se suceden en la presidencia de la Generalidad. Da la impresión de que sin el apoyo del gobierno de España la ruina de Cataluña ya sería total.
Supongo que el director del periódico del conde hará el ridículo una vez tras otra, como el propio medio, pero yo me he fijado en su tonta pretensión de hoy. La lengua une, no divide, lo ha titulado. ¿Se creerá que ha descubierto el Mediterráneo? El uso que hacen los políticos del asunto de las lenguas pasa de castaño oscuro. ¿Por qué ha de haber una lengua oficial? ¿Por qué hay que obligar a que se estudie en determinada lengua? Debería haber mucha más libertad en este y en otros campos.

'Pícaros, ninfas y rufianes'
'Los desorientados'
'Anécdotas de la Historia'
'La Biblia contada a los niños'
'¿Estás bien?'
'Imagino historias fantásticas'
'Las fabulosas aventuras del caballero Zifar'
'El primer viaje de nuestra vida'

lunes, 9 de enero de 2012

Llega el ERE a Canal 9

Es curioso que quienes han estado defendiendo a Francisco Camps, cuando éste era presidente de la Generalidad (ahora ya lo defienden menos) y llevaba a la Comunidad Valenciana a la ruina en que se encuentra ahora, aleguen que tanto el PSOE como el PP han utilizado a Canal 9 en su propio beneficio.
Es curioso porque los tiempos de Lerma en el gobierno valenciano ya quedan muy lejanos. Lo más probable es que la mayor parte del derroche provenga de la era de Camps, que ahora está irritado porque no comprende que se le juzgue. A él. No cabe desdeñar la idea de que realmente piensa que todos lo valencianos le debemos mucho, porque ha sacado a la Comunitat adelante.
El ERE que se anuncia puede alcanzar hasta al 72 por ciento de la plantilla, lo que idea de la magnitud del desaguisado propiciado por Camps. Como le paguemos todo lo que le “debemos” se va a enterar. Se le iban a quedar las nalgas moradas.
Nos van a subir los impuestos a los valencianos, nos van a recortar los salarios, nos van a hacer todo tipo de crueldades, porque la Comunidad Valenciana está en la bancarrota. Eso sí, seguimos pagando organismos inútiles, coches oficiales, móviles de diputados sumisos y, por supuesto, la Fórmula 1. Como salvo algún pelota irredento ya nadie se atreve a decir que es rentable, se nos descubre que no se puede incumplir el contrato firmado.
La culpa de Lerma es que se empeñó en Fundar el Canal 9. Había otras necesidades urgentes en la Comunidad Valenciana, pero él quería promover el uso del “valenciano”. Postergó a los valencianos con el supuesto fin de favorecer su lengua. Eso es una perversión de los fines. Las lenguas no pueden tener derechos. Las son instrumentos que tienen a su alcance los ciudadanos para entenderse entre ellos. Esta perversión de los fines con los que fue creado Canal 9 ha propiciado la hecatombe que se anuncia.

'La crisis del euro'
'Zero'
'Cuentos nevados de Phil y Maya'
'El Conde Lucanor'
'Contra el insulto'
'Milagros de Nuestra Señora contados a los niños'
'El hombre que quiso entrar en Auschwitz'
'La estrategia de los antílopes'

sábado, 3 de septiembre de 2011

¿El TSJC contra Cataluña?

Pues no. En realidad, quienes van contra Cataluña, y contra toda la humanidad, son los nacionalistas de todos los pelambres. Ellos son los que gustan de imponer sus criterios a los demás, los que siempre tratan de impedir que en sus jardines florezcan las flores que no les convienen.
En lo que respecta a las lenguas, me parece a mí que la Constitución española contiene otro de sus muchos errores (verlos ahora, cuando estamos sumidos en el desastre, es fácil). No debería establecer la obligación de conocer ninguna lengua. ¿Por qué ha de hacerlo? Obligar a conocer una lengua es como obligar a plantar un número de pinos cada año. Si no fuera por ese mandato constitucional, los sistemas educativos podrían ser racionales, estableciendo, por ejemplo, la obligación de aprender, como mínimo, dos idiomas, que podrían ser elegidos por el alumno, o por sus padres; un tercer idioma, si se estudiaban los tres con aprovechamiento, debería servir para subir la nota.
Vivimos tiempos muy complicados, puesto que para el dinero no hay fronteras y los nacionalistas no se plantean la posibilidad de irlas suprimiendo en todos los sentidos, cada vez que sea posible, sino que sus intereses pasan por reforzar las que hay y, si pueden, levantar otras nuevas. No hay nada que hacer con ellos. Constituyen una fuerza retrógrada y dictatorial. Los alumnos que han sido obligados a estudiar esto o aquello luego pueden encontrarse con que no les sirve para su inserción laboral.
En España, los partidos recibieron el poder de Franco de manos del Rey, para que se lo devolvieran a los ciudadanos, pero en lugar de eso se lo quedaron. Los nacionalistas son los que mejor han usado ese poder recibido de Franco, al que para disimular atacan. Lo que deben de hacer, en lugar de criticar tanto a Franco, es devolver el poder a los ciudadanos. Dejar que las listas electorales las hagan los ciudadanos, dejar que sus diputados tengan libertad de voto, permitir que los ciudadanos rotulen sus comercios en la lengua que prefieran, que expresen sus opiniones libremente, sin que por ello puedan ser marginados en ningún sitio. Si actuaran así, los nacionalistas desaparecerían pronto. La democracia no les sirve.

'El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde'
'Alrededor del deseo'
'Cuentos neuróticos'
'Alfonso X el Sabio'
'¿Cuándo y cómo acabará la crisis?'
'El psicólogo en casa'
'La huella del hereje'
'Quién mató al ayatolá Kanuni'


domingo, 26 de diciembre de 2010

La Europa de las patrias

Fue Charles De Gaulle quien dijo que sería la Europa de las patrias o no sería. Lo malo es que dijo lo que muchos piensan, y así estamos ahora, con problemas graves que requieren unidad de acción para enfrentarlos y sin poder llevar a cabo esa política común por culpa de las patrias. Cada patria actúa egoístamente con respecto a las demás y al final resultan perjudicados los ciudadanos de todas.
El deseo de proteger a una lengua, la francesa, la alemana, la española, o la que sea, por citar una de las más grandes preocupaciones de los nacionalistas, no debería en ningún caso ir en contra de los ciudadanos. La mejor patria es la justicia, yo no puedo defender las injusticias que ha cometido España, aunque eso no significa que no me sienta español, ni que no pueda estar orgulloso de las cosas que ha hecho bien. Pero lo fundamental es la suerte de todos y en los tiempos actuales, en los que la técnica ha convertido al mundo en una aldea, los problemas no se pueden encarar de modo distinto en cada sitio, por lo que se impone ir hacia una Unión Europea de verdad, y del modo más rápido posible.
Como es lógico pensar, sería contraproducente y costoso hacer esfuerzos para proteger alguna lengua, habría que dejar que los estudiantes eligieran las que más se les acomodaran. Habría que tener en cuenta la historia, como es lógico. Hay que saber de dónde venimos para no fallar en nuestro intento de ir a donde queremos, pero el pasado no debe condicionar el futuro. Lo primordial, a mi juicio, de la Unión Europea debería ser el ideario con el que se construye. Un ideario decente y rotundamente demócrata es la mejor arma para afrontar los records que se avecinan. El tiempo de De Gaulle ya pasó. Hay que abogar por la casa común europea.

'Factor Emocional'
'Leyendas de Bécquer contadas a los niños'
'Guía de supervivencia de Amelia frente a matones'
'El Quijote contado a los niños'
'La aventura del cálculo'
'Chitón. Historia de una infancia'
'Diario de Amelia'
'Antes de que se me olvide'

martes, 16 de noviembre de 2010

Ni el catalán ni el castellano peligran, según los catalanes

Por supuesto que no, quienes corremos serios peligros somos los españoles, entre otros el que nuestro Estado del Bienestar desaparezca como por arte de magia mientras nos entretenemos en otras cosas. Por ejemplo, en la encuesta que ha hecho una encuesta catalana, cuyo resultado ha sido el del titular, y que ha sido publicada por La Vanguardia.
Las lenguas sirven para que dos personas o más se puedan comunicar entre sí y lo que les importa a las personas es ser entendidas. Esto es lo fundamental. Las lenguas surgen, y desaparecen, de forma probablemente incontrolable. Ahora mismo parece ser que el inglés pasará a ser la lengua que se va imponer en todas partes, aunque no se puede asegurar que vaya a ser así. Se impondrá por motivos no estrictamente lingüísticos, sino de otro orden. Y evidentemente los habitantes de cada lugar tendrán su inglés a sus necesidades; unos tendrán que describir con toda minuciosidad todo lo que concierne a la arena del desierto; otros, las diversas tonalidades del blanco de las nieves; y los de las zonas boscosas toda la gama del verde que nos depara el mundo vegetal. Es decir, el inglés, como ocurriría con cualquier otra lengua, ha de servir para relatar todas las maneras de ver la vida.
Siendo lo fundamental la comunicación y sabiendo que las lenguas nacen, evolucionan a su aire, y quizá mueren, lo apropiado sería dar facilidades a quienes quieran estudiar en la lengua propia y usarla, pero no forzar a nadie a que lo haga. Los recursos de que se dispone, en la situación crítica que vivimos, no deberían destinarse a financiar televisiones autonómicas, viajes de Carod Rovira, grandes donativos a entidades catalanistas, etc. El dinero debe destinarse a otros usos mucho más nobles y necesarios. La situación económica de España puede ser mucho más preocupante de lo que nos dicen, entre otras cosas, o, acaso, sobre todo, a causa del desorden reinante entre el gobierno de España y los de las Autonomías.
'Los más duros de la historia'
'Felipe V'
'Tauroética'
'Fábulas contadas a los niños'
'Espejismos'
'Hablar sin palabras'
'El Cid contado a los niños'

domingo, 9 de marzo de 2008

Maragall y los sueños

Hizo unas declaraciones, Pasqual Maragall, a El Periódico, en las que afirma que cree en los sueños que mueven voluntades. Y va y se queda tan ancho. Todos los sueños mueven voluntades, eso deberíamos saberlo todos. Cada uno lucha en la vida para cumplir su sueño, o lo que más se le parezca. Si todos soñáramos con un mundo justo, no habría hambre, no habría guerra, tampoco terrorismo y probablemente los nacionalistas tendrían poco que hacer. La justicia es incompatible con los caprichos, con los egoísmos, con la violencia, con la exageración.
Lo que ocurre es que en este mundo de nuestros pecados la gente tiende a desear en sus sueños cosas egoístas y luego lucha por ellas, sin tener en cuenta si en el camino hacia la meta que se ha marcado perjudica a alguien. ¿Es la ley el único freno de muchos? He aquí que los nacionalistas persiguen sus sueños, que tampoco se sabe exactamente por qué han surgido ni qué necesidad hay de ellos. Si lo que quieren es justicia, ¿para qué tantos aspavientos? Es bueno para la humanidad fomentar el uso de las lenguas, sobre todo si están en peligro de extinción, porque una lengua es una forma de mirar la vida. Conviene proteger también aquellas costumbres que merezcan la pena, por su valor sentimental y porque ayudan a entender una época, unas circunstancias, unos modos de vida. Pero ni el cuidado de las lenguas, ni la protección de las costumbres dan derecho a que se asfixie o niegue el desarrollo de otras lenguas y otras costumbres, siempre que estas últimas no contravengan la legislación vigente.
Así como se puede, y se debe, proteger la lengua y las costumbres –no todas-, hay que dejar que las personalidades colectivas se vayan conformando por sí mismas, sin forzar ni obligar a nadie. Las personalidades de los pueblos son fruto de las circunstancias y éstas cambian. Tratar de modificar el desarrollo normal de las cosas sólo puede servir para entorpecer o para causar sufrimiento. Predicar egoísmos y delirios de grandeza no contribuye a hacer un mundo más justo. Hay que soñar bien.

sábado, 7 de abril de 2007

La globalización perjudica a los salarios

Según noticia que publica La Vanguardia, el FMI ha reconocido por primera vez que la globalización afecta negativamente a los salarios. También se refiere a la angustia que genera en los trabajadores de los países avanzados. No puede ser de otra manera puesto que la globalización se ha confiado a las fuerzas del mercado y éste no es uniforme en todo el mundo, ni se rige por las mismas reglas en todos los lugares. En consecuencia, quienes poseen el dinero tienen la batuta. Los trabajadores han de bailar la música que toquen ellos. La solución consiste en globalizar también la política. Si hay un solo mercado en el mundo también debería haber una sola nación, democrática, por supuesto. Las mismas leyes, los mismos impuestos y los mismos derechos y deberes para todos. Ese sería el modo también de frenar las corrientes migratorias. Quien se desplazara a otro lugar lo haría por gusto o por mejorar, no por necesidad. Sin embargo, los nacionalismos de todo tipo, que florecen en nuestros días, constituyen un freno para este proceso de unión mundial, que surgió por necesidad y que avanza más lentamente de lo que sería aconsejable. La Unión Europea, un primer paso hacia ella, por esta zona, es una buena muestra de ello. El hecho de que hubiera una sola nación en el mundo, democrática, repito, no significa que tuvieran que desaparecer las lenguas y costumbres locales. Conviene cuidarlas y procurar su desarrollo, pues son bienes de interés cultural. Lo que ocurre es que los nacionalistas no buscan proteger y fomentar los bienes culturales, sino que exigen privilegios y aprovechan todas las ventajas que la suerte o las circunstancias ponen en sus manos y esto es una prueba más de que lo que buscan no es lo justo, sino la ventaja. La ventaja que tienen en España es clara. Compiten en las elecciones generales en igualdad de condiciones que los partidos nacionales y de este modo un separatista puede decidir en cuestiones que afecten a Cádiz o Salamanca, tan lejanas y distantes de sus postulados políticos. No sé si es necesario que diga que el hecho que yo piense que los partidos nacionalistas (todos), son una rémora, no significa que pida que desparezcan. Cosa distinta es con los que tienen que ver con los asesinos. Y también hay partidos que en un momento dado pueden actuar o actúan como nacionalistas españoles, pero este carácter nacionalista puede desaparecer con el simple cambio de dirigentes.