El
hecho de que Escocia fuera independiente hasta 1707 no significa que
sea justo que ahora se independice. Lo justo es buscar lo mejor para
los ciudadanos y las razones sentimentales que se puedan alegar, que
frecuentemente esconden intenciones egoístas o xenófobas, poco
tienen que ver con el bienestar de los ciudadanos.
Cameron
se equivocó al permitir el referéndum, pues con ello dio entidad a
la pretensión. Reconoció el derecho de los escoceses a exigir la
independencia. Quizá pensó que ese es el camino más fácil para
acabar con los nacionalistas. Se equivocó de medio a medio. El
nacionalismo funciona como cualquier religión y sus adeptos no
atienden a la lógica ni a las razones que se les den, sino a sus
dogmas. Para combatir al nacionalismo hace falta mucha perseverancia
y mucha paciencia. Se trata de conseguir que los devotos se
conviertan en personas racionales y eso requiere mucho tiempo. Al
mismo tiempo, hay que dejar de darles armas y munición a los
nacionalistas, que es lo que hizo el primer ministro británico al
aprobar el referéndum.
Posteriormente,
explicó lo que ocurriría de ganar el sí: Ofrecería sus
condiciones a los representantes de Escocia: Saldría del Banco de
Inglaterra y tendría que asumir su parte alícuota de deuda, lo que
significa la ruina para Escocia.
Pero
los nacionalistas son unos temerarios. No tienen la facultad de ver
lo que ocurre, sino que sólo pueden enterarse de lo que les
interesa. Conseguir la independencia les haría tener un orgasmo y
cuando la realidad se plantara ante sus ojos, en forma de hambre y
miseria, ya sería tarde.
Cameron
se ha dado cuenta de que puede perder su apuesta y para impedir que
gane el sí trata de sobornar a los escoceses, prometiéndoles
ventajas. Esto es otro error. Los nacionalistas nunca se calman.
Bueno, cuando caen al fondo del precipicio sí.
'Escucho otra Cadencia en mi Memoria'
'Dos veces bueno'
'Cantar de Mío Cid'
'Mauthausen, después'
'Citileaks: los españolistas de la plaza real'
'Yo, Lope de Aguirre, rebelde hasta la muerte'
'Molestia Aparte'
'Margot en la Plaza de Castilla'
'Escucho otra Cadencia en mi Memoria'
'Dos veces bueno'
'Cantar de Mío Cid'
'Mauthausen, después'
'Citileaks: los españolistas de la plaza real'
'Yo, Lope de Aguirre, rebelde hasta la muerte'
'Molestia Aparte'
'Margot en la Plaza de Castilla'
1 comentario:
Los errores de Camerón son los errores de España y su estado de las autonomias. Cataluña será la primera pero no la última.
El nacionalismo solo se combate con mas nacionalismo, en este caso debería de ser español, pero la España acomplejada por le franquismo no lo vio o no quiso verlo.
Publicar un comentario