Unos bomberos que fueron de uniforme a
Bruselas, para solidarizarse con unos presuntos delincuentes que
andan de turismo por allí, hablan de dignidad, como si supieran lo
que es.
Lo que hicieron es contrario a la ley,
para empezar, y merecedor de un castigo del que no deberían escapar.
No sería digno de una democracia que quedaran impunes.
Podrían haber ido de forma privada,
pagándose el viaje de su bolsillo y en este caso no habrían
infringido ninguna ley, pero su actitud sería igualmente indigna,
porque lo digno consiste en respetar la ley y a los encargados de
aplicarla.
Como bomberos, tienen la obligación de
ceñirse estrictamente a su trabajo, al igual que ocurre en cualquier
otra actividad de la función pública.
Como ciudadanos tienen la obligación de
cumplir la ley, y en su caso esta obligación es mayor dada su
condición de funcionarios. Puesto que es el Estado quien les paga su
salario, deben comportarse de forma leal. El Estado está
representado en Cataluña por la Generalidad y si su gobierno ha sido
destituido y sus miembros están a disposición del juez, es
precisamente porque se les acusa de no ser leales al mandato que
tienen encomendado, que es el de servir a los ciudadanos, cumplir y
hacer cumplir las leyes.
Solidarizarse con quienes presuntamente
han sido desleales al Estado es una actitud indigna e impropia de
personas que también cobran del Estado.
Esos bomberos han olvidado el temario que
tuvieron que aprender para ingresar en el Cuerpo, o acaso entraron a
dedo.
Que sean tan pueriles que para
justificarse invoque un acto ocurrido 80 años atrás por otros
bomberos, en otras circunstancias muy distintas, no hace más que
añadir indignidad a su acción, que además es estúpida, porque al
perjudicar a España con su gesto se perjudican a sí mismos. También
a otros muchos. España está perdiendo mucho dinero por culpa de los
nacionalistas.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Septiembre puede esperar'
'La gran trampa'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Septiembre puede esperar'
'La gran trampa'
No hay comentarios:
Publicar un comentario