Como es bien sabido, los columnistas de
El País también desbarran. A veces se conforman con un ligero
desliz, pero en otras ocasiones son más generosos y todo el artículo
es un disparate.
Que Puigdemont odie a Iceta es normal,
porque el nacionalismo, digan lo que digan esos columnistas, es odio
puro, odio de muchos quilates, y ellos reparten odio a raudales en
todas direcciones, hacia todos, hacia sí mismos. Se ve en Cataluña,
las empresas que han estado financiando el disparate durante decenios
han tenido que salir en estampida, y seguramente muchas de ellas lo
siguen financiando. El odio siempre se vuelve contra uno mismo, en
este caso contra la misma región que se ha dejado infectar por él y
lo ha alimentado.
Pero que el bueno de Javier, en su
artículo en el citado diario, le adjudique unas bondades a Iceta y
unos propósitos que vistos a palo seco, tal como él los anuncia, se
pasa de castaño oscuro, porque da risa leer eso que dice.
El problema del PSC es que lleva la
palabra socialista en el nombre, pero es nacionalista. Iceta y el
PSC, con el apoyo de Pedro Sánchez, que sólo quiere fastidiar al
PP, serían aliados de los secesionistas si no los frenara el aparato
del PSOE, y si los frena es porque de otro modo la sangría de votos
en toda España podría llevar a la desaparición del partido.
Cada
vez que Iceta habla demuestra que sus convicciones democráticas son
nulas y
su respeto a la independencia judicial inexistente. "El
juez
que
os ha encarcelado
no es socialista"
, Miquel
Iceta,
ha considerado hoy "desproporcionada" la decisión de la
juez
de
enviar a prisión a los líderes de la ANC y de Òmnium.
No
es inteligente que se utilice una columna de El País para blanquear
a un sujeto de este calibre, al que, además, lo que mejor se le da
es el baile.
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