Quienes hayan leído ‘1978.
El año en que España cambió de piel’, se habrán podido
percatar de que la Constitución fue redactada por unos señores
grandilocuentes, pagados de sí mismos, envanecidos por el papel
histórico que les había correspondido en suerte y que se creían,
porque sí, los mejores demócratas del mundo.
Como consecuencia de tanto engreimiento,
la Constitución adolece de unos errores que conviene rectificar.
Lo primero que habría que cambiar es el
enfoque. No se trata de que cedan todos, en mayor o menor medida,
para que salga una sopa digerible por cualquiera, pero insulsa y con
‘tropezones’ que no ligan con el sabor general, sino de buscar
unos ideales que ilusionen y comprometan a todos y en torno a ellos
se establezca el marco legal en el que se ha de desenvolver la vida
ciudadana.
Habría que erradicar el ‘buenismo’,
que tan nocivo resulta para los ciudadanos honrados y eliminar esas
normas absurdas según las cuales las penas de cárcel han de estar
orientadas a la reinserción, puesto que el diablo no puede ser
reinsertado y por ahí anda suelto cometiendo delitos. Sí que sería
conveniente que pusiera que en los casos en que esté indicado se
hará lo posible para intentar la reinserción.
Por supuesto que aquellos vestigios del
pasado, como fueros y demás no pueden ser tenidos en cuenta en la
Constitución, que ni puede ni debe reconocer privilegios.
La nueva Carta Magna debería proteger a
los ciudadanos de aquellos políticos que quieren su mal y que
mediante recursos oratorios o de otro tipo fueran capaces de
convencerlos para que voten en contra de sus propios intereses, como
viene sucediendo. Debería tener en cuenta también que las nuevas
tecnologías pueden resultar siendo muy influyentes en política, por
lo cual, para poder ser inscritos los partidos políticos deberían
acreditar de forma cabal su intención y capacidad constructiva, sin
que pudiera ser aceptada cualquier propuesta que pudiera ser lesiva
para la Constitución.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Septiembre puede esperar'
'La gran trampa'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Septiembre puede esperar'
'La gran trampa'
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