miércoles, 28 de febrero de 2018

La propuesta de Sánchez como candidato a presidente

Es evidente que los nacionalistas, a los que es difícil, si no imposible encontrarles una idea buena, pretenden seguir con el circo, para tener entretenidos a sus dos millones de votantes.
Es decir, su intención es engañar a los suyos, y a los demás no, porque no se dejan. Los nacionalistas necesitan de la mentira, del engaño y de la violencia, física o moral.
A nadie que conservara un gramo de sensatez se le ocurriría pensar, ni siquiera pensar, en Sánchez para presidente de la Generalidad, habida cuenta de que está en la cárcel, acusado de graves delitos, y de en el improbable caso de que se le permitiera salir de prisión para ser investido, luego será juzgado y el hecho de que recayera sobre él alguna condena sería un desprestigio para Cataluña y consecuentemente para España. Por tal motivo, y para proteger el buen nombre de Cataluña, entre otros motivos, se presume que el juez no lo dejará salir.
Lo que ocurre es que los separatistas necesitan seguir alimentando su espiral de mentiras, apoyados en el hecho de que hay gente dispuesta a tomarlas en consideración, por locura o por sucio interés, que de todo hay.
Mientras tanto, Torrent, el braz tont del Parlament, sigue caminando por el filo de la navaja y no cabe descartar que en algún momento cometa algún error de cálculo, que obligue a la justicia a ocuparse de él. En estos tiempos en que hay tantos que ya saben que la impunidad no existe y que, por tanto, llevan mucho cuidado con lo que hacen o dicen, salvo el mequetrefe de Waterloo, Torrent es el que más está arriesgando y seguramente ya ha llevado a cabo algunas acciones, que consideradas como agravantes pueden salirle muy caras si termina siendo juzgado.
El caso es que todo lo que hacen los separatistas redunda en perjuicio de Cataluña y dificulta en grado sumo que pueda volver a ser lo que fue.

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