Propone este partido tan antiguo y, no
obstante, con problemas de supervivencia, dada su deriva actual, que
se vincule la subida de las pensiones al IPC.
Falta saber de donde piensa sacar el
dinero necesario para ello, porque allí en donde gobierna hay
derroche. Sin ir más lejos, piensa reabrir la televisión
valenciana, a pesar de que se queja de la escasa financiación. ¿Por
qué no emplea los escasos recursos de que dispone de modo productivo
para los valencianos? Sin duda, porque prefiere utilizarlo para
adoctrinarlos, para intentar imponer el dialecto catalán. Ya veremos
cuántos lo hablan dentro de diez años y si se compara el resultado
con los millones gastados en el empeño.
La cuestión es que este PSOE de Pedro
Sánchez, cuyo ideario se reduce a tener ganas de ganar a la derecha,
como él mismo dijo de modo casi textual, va en busca del voto del
modo que sea. No se le percibe ningún interés en servir a los
ciudadanos, en resultarles de utilidad, sino en arrancarles el voto.
Como los jubilados son muchos, se pide algo para ellos, pero callando
que la carga de esa medida recaería sobre las espaldas de los
trabajadores. No ha propuesto suprimir todos esos organismos o
instituciones que son calco de las del Estado y que sólo sirven para
colocar amigos. No ha propuesto suprimir las diputaciones, ni cerrar
todas las televisiones autonómicas.
Precisamente a los pensionistas se les
cobra, de forma indebida, el IRPF, para poder costear todo ese
enjambre de gastos inútiles que generan las autonomías y como eso
no es suficiente están prácticamente congeladas desde hace unos
años. Pero para resolver estas injusticias no se deben cometer otras
contra los trabajadores, que no sólo no tienen ninguna culpa, sino
que además sospechan que cuando se jubilen no tendrán pensión.
Habría pues que adelgazar
considerablemente la Administración, para que los jubilados actuales
reciban lo que merecen y los futuros vean aseguradas sus pensiones.
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