No es de extrañar que algunos que se
suben a la ola en todas las protestas, en su afán por desestabilizar
al sistema, para poder imponer el suyo luego, y sus propagandistas,
se sumen a las protestas de los jubilados por el incesante deterioro
de las pensiones.
Sin embargo, todos esos contribuyen a que
el poder adquisitivo de los pensionistas se deteriore de modo
imparable, porque promueven el despilfarro o despilfarran
directamente en donde pueden.
Las pensiones no pagaban IRPF, ni
deberían pagar, pero tenemos un sistema autonómico por el que se
van miles de millones de euros sin contrapartida para el
contribuyente, dinero que va directamente, de forma legal mediante
sueldos y subvenciones, a los bolsillos de quienes los reciben y que
si esos sueldos y esas subvenciones no se pagaran el ciudadano no
sufriría ninguna merma en los servicios que recibe del Estado, sino
que recibiría un beneficio, porque pagaría menos impuestos.
Tenemos una grandísima cantidad de
televisiones autonómicas deficitarias desde el primer día, porque
jamás tendrán capacidad para autofinanciarse, ya que es imposible
que consigan suficiente audiencia y es una inmoralidad que no se
cierren todas de inmediato. Hay muchas necesidades perentorias, que
no se atienden por falta de dinero y es indecente que se gaste en la
televisiones autonómicas.
Es reprobable que se destine dinero a
subvencionar a los medios. La mayor corrupción de España es
precisamente el dinero que se destina a comprar a los distintos
medios. Se gastan miles de millones de euros en el asunto, con lo
cual se corrompe a los medios y se defrauda a los contribuyentes.
Sin tanta sinvergonzonería los jubilados
podrían recibir las pensiones que les corresponden y no ser las
víctimas de tantos recortes en todo, en la pensión, en los
medicamentos, en las demás prestaciones…
A todos los males endémicos citados
anteriormente hay que añadir los de los políticos con presupuesto
para gastar que son irresponsables.
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