Felipe González siempre ha sido
sectario, enseñó en su día a distinguir a los votantes de
derechas, o lo que es lo mismo, alentó a sus simpatizantes a
convertirse también en sectarios.
Aunque sea una obviedad, no está de más
repetir que no es lo mismo considerarse de derechas o izquierdas,
pero respetar a los adversarios, que señalarlos como enemigos.
Ahora pretende desmerecer el mayor éxito
de Rajoy, que, por suerte o por cálculo, o quizá por una mezcla de
ambas cosas, ha conseguido derrotar de una vez por todas al
independentismo catalán, y de paso también al vasco, sin
derramamiento de sangre, a pesar de toda la violencia que han sido
capaces de desplegar los golpistas.
El ridículo de los catalanistas es
espantoso, tanto de los que están en la cárcel, como de los que
están a punto de entrar y lloran llenos de miedo y espanto, pero
sobre todo de los fugados, que de esos ya se ríen hasta en Singapur.
Todo eso que se ha venido gestando
gracias a la torpeza y el egoísmo inicial de Felipe González,
continuado luego por quienes le sucedieron, le ha venido a explotar
en las manos a un asustado Mariano Rajoy, porque en algún momento se
le ha visto presa del pánico. ¿Qué habría pasado si llegan a
nombrar presidente por Skype a Puigdemont? Pues nada. Un ridículo
más en el que habrían incurrido los golpistas. El 155 fue aplicado
justo en el momento que tocaba, porque de haberlo hecho antes no se
habrían recogido tantas pruebas contra los golpistas, ni tampoco la
sociedad española lo habría aceptado de forma tan unánime.
Una cosa que olvida Felipe González es
que el 2 de octubre Pedro Sánchez se lanzó al cuello de Rajoy, con
el aplauso de los podemitas y el baile de la yenka de Riverita. El
discurso del Rey, del día 3, salvó la situación.
'2016.Año bisiesto'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
'Valencia, su Mercado Central y otras debilidades'
'1978.El año en que España cambió de piel'
'Septiembre puede esperar'
'El Parotet y otros asuntos'
'Diario de un escritor naíf'
'Yo estoy loco'
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'1978.El año en que España cambió de piel'
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