Estate tranquila, Rahola, porque la
fregona ya está en el cubo. De momento, está a buen recaudo y hay
unos abogados que se están frotando las manos, porque van a poder
presentar una buena minuta.
A la vista de los antecedentes, tengo
derecho a pensar que seré uno de los que contribuirán, con sus
impuestos, a pagarla.
Aunque cabe presumir que lo que le
preocupa a Rahola no es la suerte de Puigdemont, sino la repercusión
que tenga en ella, puesto que sus emolumentos corren peligro. Se
comporta como una posesa, hace el ridículo una y otra vez, es motivo
de risa para la gente normal, pero esas cosas son gajes del oficio
para ella. Hay una masa descerebrada y enloquecida, que se cree las
actuaciones teatrales de esta señora y que lo suyo es dignidad y que
defiende una causa justa. ¡Y tan justa! Su cartera.
Más o menos como el Torrent ese, que
tiene cara bobo, pero que está consiguiendo engañar a los mismos
que ella. Hace creer que está en contra del Estado y que se
solidariza con los presuntos delincuentes, pero en realidad se cuida
muy mucho de no dar un paso de más. Con esos simulacros no puede
engañar a nadie que no desee ser engañado.
Parece ser que a Rufián, que es otro de
los que juegan a lo mismo que los dos anteriores, ya le han pillado
el juego algunos que, ¡por fin!, se han dado cuenta de que lo que le
gusta es tirar traca a la hora de la siesta, para que los gamberros
le rían la gracia y le voten.
Los mismos que están encerrados se
defienden ante el juez alegando que todo era broma y que no tenían
ninguna intención de llevar a cabo lo que pregonaban, alguno ha
dicho incluso que reza mucho, como si eso fuera relevante.
Lo de rezar también es una sugerencia
para Rahola. Calma mucho.
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